Nueva Córdoba lidera el “ranking”. Una ordenanza regula los límites de emisiones sonoras, pero es muy complicado demostrar cómo afectan a los vecinos.
Es común que los vecinos que residen en las inmediaciones de discotecas, pubs, restobares o salones de fiestas interpongan denuncias por ruidos molestos que les impiden descansar de madrugada. Nueva Córdoba marcha a la vanguardia en cantidad de reclamos. Según estadísticas de la Municipalidad de Córdoba, hay 12 denuncias al mes, en promedio, lo cual equivale a 144 anuales.
En otros sectores con movida nocturna también hay denuncias de quienes no pueden conciliar el sueño, pero son pocas. En Cerro de las Rosas, Alta Córdoba y el ex-Abasto rondan entre tres y cinco por mes.
Así lo precisó el secretario de Control, Fiscalización y Convivencia Ciudadana, José Fernández, quien explicó que la baja cantidad de reclamos en estas zonas se debe a que la mayoría de los locales concretó reformas acústicas para que el sonido no salga hacia la calle, o lo haga de forma moderada.
Sí es importante el número de denuncias por ruidos generados en fiestas ilegales con presencia de menores, los prohibidos after hours y los salones de fiestas. Sobre este último rubro, Fernández destacó: “Hay hasta 15 denuncias mensuales en ciertas épocas del año”.
Pese a todo, datos de la Justicia Administrativa de Faltas indican que en 2013 sólo hubo seis multas por “ruidos excesivos en locales de espectáculos públicos que afectan a vecinos”. Esta cifra puede sorprender por insignificante. Fernández explica: “Muchas denuncias no pueden comprobarse porque los vecinos no permiten que los inspectores ingresen a sus domicilios para medir el sonido”.
En Nueva Córdoba, la mayoría de las denuncias por ruidos molestos proviene de edificios y viviendas situadas “en calle Larrañaga, entre Independencia y Buenos Aires, donde hay muchos locales nocturnos”, señaló Fernández.
No todas las denuncias por ruidos se trasuntan en multas o clausuras. Sí es más frecuente que los locales sean sancionados por falta de medidas de seguridad o higiene, presencia de menores, exceso de capacidad u otros motivos.
La ordenanza que regula la emisión de ruidos y vibraciones es la 12.208.
Un caso
Vecinos del complejo Santo Domingo (avenida Castro Barros 75) dicen que viven con estrés por la actividad de la disco Margarita (Costanera y Mendoza), que funciona de jueves a domingos desde junio de 2013 y donde suelen tocar grupos cuarteteros. Señalan que no pueden descansar de noche debido al excesivo volumen de la música.
La Voz del Interior conversó con los vecinos. Dicen que los shows se extienden desde “la 1.30 de la madrugada hasta las 5 o más, días de semana y fines de semana”. Plantean que sufren crisis de nervios, consumen pastillas para dormir, se colocan tapones en los oídos o deben escuchar música tranquila con auriculares.
Por los ruidos del boliche, los vecinos presentaron “42 denuncias” de carácter individual en la Policía y la Municipalidad, según dijeron. Ahora juntaron 70 firmas en un petitorio colectivo con aval del consorcio que presentarían hoy al municipio. Además, recordaron que hicieron reclamos por ruidos fuertes del Estadio del Centro y Plaza de la Música.
Fernández precisó que en la Dirección de Espectáculos Públicos se presentaron en diciembre “dos denuncias vecinales” (con varias firmas) por el funcionamiento del boliche. Una fue interpuesta por José Imaz el 2 de diciembre y la otra por María Murúa, el 19 de diciembre.
Fernández dijo que Margarita está habilitado, cumple
con el horario permitido y no sufrió clausuras ni actas de infracción. Los dueños son José y Maximiliano Marinaro. Tiene capacidad para 1.510 personas.
Respecto del Estadio del Centro y Plaza de la Música, el municipio ya pidió a sus responsables que aislaran paredes y redujeran el volumen del sonido.
“Cumplimos en todo”
Maximiliano Marinaro aseguró que Margarita “cumple todas las normativas exigidas por ordenanza: certificado de Bomberos, certificado ignífugo, sonorización, higiene y seguridad y salidas de emergencia”. Dijo que se hizo un tratamiento acústico del local y que inspectores municipales controlaron.
Además, Marinaro detalló que se realiza un operativo de seguridad cuando se hacen bailes, con policías contratados que controlan el egreso del público. “Terminan a las 4.30 y en 10 o 15 minutos no queda más nadie en la periferia”, remarcó.
Según comentó, el boliche cuenta con servicio médico de emergencias y tecnología instalada para llamar ambulancias. “En bailes grandes contratamos un paramédico”, agregó. “Ojalá otros boliches cumplieran como nosotros en seguridad e infraestructura”, remató Marinaro.
Fuente: www.lavoz.com.ar
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2 Comments
quiero saber qué se hace en estas situaciones. Soy una de las vecinas afectadas. Hace meses que no podemos dormir, la situación se ha agravado pues los días de semana alquilan el lugar para sala de ensayos. Vivo en las torres de Castro Barros. en la ciudad de Córdoba. Se agradecen sugerencias. La municipalidad dice que está todo bien, los medios, que están en manos oligopólicas, sacaron una nota hace dos años y no quieren seguir investigando porque dicen que pueden recibir amenazas. Gracias. Saludos cordiales
Hola Daniela, en estos casos una acción colectiva es más efectiva y de manera privada; es decir hacer una medición de los ruidosa y presentar el informe acústico resultante con un abogado en la justicia para que obligue a la municipalidad a actuar.
Saludos, Team de Acústica Legal