Una vecina nos cuenta cómo accionar contra la contaminación sonora

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Buenos Aires es una de las ciudades más ruidosas del mundo (después de Tokio, París y Nueva York) y San Telmo se encuentra dentro de una zona, según la Fundación Ciudad, donde la intensidad sonora suele superar los 80 decibeles (db), un nivel capaz de producir lesiones en el oído si es continuo (los aviones al despegar promedian los 91 db).

La revista ecológica DEF dice que “el ruido –considerado en muchos países como la primera causa de enfermedad profesional y contaminación ambiental– es responsable de que una de cada 10 personas sufra trastornos auditivos, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), además de provocar desórdenes en el sueño y el reposo, efectos psicofisiológicos sobre la salud mental y el rendimiento, y dejar secuelas en el comportamiento, entre otras consecuencias adversas”.

Si bien la mayoría del ruido excesivo de la Ciudad proviene del transporte automóvil (sobre todo los colectivos), la construcción también es una fuente importante de contaminación sonora. Y en el Casco Histórico abundan proyectos de construcción debido a la revalorización inmobiliaria de los últimos años. Aquí una vecina nos cuenta las medidas que ella tomó para solucionar la molestia y defender su calidad de vida.

 Construcción sobre la calle EEUU

Por un lado, el vecino ignora qué se encuentra detrás de las molestias por los ruidos a deshora, y, por otro, existe la precarización en la calidad de vida y la salud de quienes están sometidos a estos ruidos. Esto incluye desde problemas de subida de presión en adultos mayores, hasta picos de diabetes y sordera. Además, muchos no sabemos lo que puede llegar a esconderse detrás de una obra en la que se trabaja más de doce horas por día, donde no se toma en cuenta el derecho de los trabajadores y los convenios colectivos del rubro.

Como vecina no sabía qué hacer con los ruidos molestos que excedían los límites horarios, y en particular en una obra de construcción en la calle Venezuela 162 que comenzaba a las 5:45 y a veces terminaba a las 20:30. El parecer de la mayoría de los vecinos era que no se podía hacer nada. No vimos intervención alguna del Ministerio de Trabajo y menos aún de los organismos del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

Pero, como me dijo alguien alguna vez, el derecho es para aquél que lo ejerce. Claro, nadie nos preparó para tener que lidiar contra aquellos que especulan con nuestra propia ignorancia para hacer lo que quieren. Abajo comparto algunas cosas que se pueden hacer si uno está un poco informado y dispuesto a insistir:

Las construcciones y el límite de horarios con el ruido.

– Los vecinos pueden denunciar ante la Fiscalía Contravencional de la zona. El Artículo 82 del Código Contravencional de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Ley N° 1.472 dice:

“Ruidos molestos. Quien perturba el descanso o la tranquilidad pública mediante ruidos que por su volumen, reiteración o persistencia excedan la normal tolerancia, es sancionado/a con uno (1) a cinco (5) días de trabajo de utilidad pública o multa de doscientos ($ 200) a un mil ($ 1.000) pesos. Cuando la conducta se realiza en nombre, al amparo, en beneficio o con autorización de una persona de existencia ideal o del titular de una explotación o actividad, se sanciona a éstos con multa de seiscientos ($ 600) a diez mil ($ 10.000) pesos.

También tengamos en cuenta la Ley del Ruido 1540 promulgado en 2004: Control de la Contaminación Acústica en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Artículo 2º. A los efectos de esta Ley se considera a los ruidos y a las vibraciones como una forma de energía contaminante del ambiente. Se entiende por contaminación acústica a la introducción de ruidos o vibraciones en el ambiente habitado o en el ambiente externo, generados por la actividad humana, en niveles que produzcan alteraciones, molestias, o que resulten perjudiciales para la salud de las personas y sus bienes, para los seres vivos, o produzcan deterioros de los ecosistemas naturales

Esta ley establece multas, sanciones y hasta clausuras para infracciones de la normativa. La Constitución de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires contempla la protección del medio ambiente como forma de vida de los habitantes. Así, la ordenanza 39.025 establece los niveles de ruido permitidos según zonas y horarios.

Tomando en cuenta y citando estas normativas, si varios vecinos llaman o se presentan ante la Fiscalía y lo refuerzan llamando al 103 o 109, el empresario o profesional a cargo tendrá que acordar horarios frente a la autoridad que corresponda y los vecinos.

Vale aclarar que no hay que llamar una y otra vez a la Policía por ruidos molestos, porque las palabras en estos casos no quedan asentadas en ningún lugar. Todo tiene que ser presentado por escrito.

El trabajo ilegal que se encuentra detrás de estos ruidos a deshora:

En general, en las obras no trabaja mano de obra argentina, sino que los trabajadores son en su mayoría personas indocumentadas que suelen vivir dentro del mismo predio y por lo tanto, en muchos casos, no hay contratos oficiales ni intervención de la Unión Obrera de la Construcción de la República Argentina (UOCRA).

– Para denunciar una obra de construcción se puede mandar fotos y videos por e-mail entrando a la página web de la OCRA: www.uocra.org o por teléfono al 0800-222-3871. Además, allí hay un link especial que se llama “cuidar la vida” donde hay testimonios gráficos de denuncias en salud y seguridad laboral.

– El link para subir las denuncias es: http://www.uocra.org/intranet/blog/uocrablog/. En mi caso esto funcionó y está denunciada la construcción que tengo medianera de por medio. Mejoró muchísimo el ruido ya que hoy por hoy no comienzan a las 5:45 ni terminan a las 20:30.

Los peligros para la salud de los vecinos:

Los ruidos son contaminantes cuando implican un deterioro a la calidad de vida de la gente. Las ondas de muy alta intensidad pueden generar desde dolor agudo y ruptura del tímpano hasta la paulatina pérdida de la audición por lesiones permanentes sobre el oído interno. También puede producir: dolor de cabeza, fatiga, irritabilidad, alteración del sueño y del ritmo respiratorio, falta de concentración y bajo rendimiento, pérdida del apetito, daños serios al sistema nervioso, problemas de estómago, aumento en los latidos del corazón, sordera, angustia, agresividad y depresión.

Para no hablar sólo de mí, les cuento que varios amigos míos sufren las mismas peripecias que yo en otros barrios. El bajo rendimiento escolar -en los niños-, y en el trabajo -en el caso de los mayores- son producto del cansancio acumulado en parte debido al no poder dormir por ruidos excesivos.

Todo esto que comparto con ustedes, lo he aprehendido gracias a mis compañeros, los vecinos de toda la Ciudad de Buenos Aires.

Ximena Méndez Mihura, docente y vecina de San Telmo
Fuente: www.elsoldesantelmo.com.ar
Link: Ver Nota

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2 Comments

  1. Ximena dice:

    Muchas gracias acústica legal por subir mi articulo que, más que nada, escribí pensando en que muchos otros vecinos estarían pasando por lo mismo. Los felicito por su pagina web y por el blog.

  2. […] Ya todos sabemos de las buenas características y de los buenos réditos que brinda tener obras en c… […]

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