Por los boliches, en Liniers no se duerme de jueves a domingo

Aseguran que cuando se van los inspectores que miden decibeles suben el volumen. Hay vecinos que se fueron del lugar y alquilan. La Defensoría del Pueblo dio respuestas y propuso soluciones.
Vecinos de la zona de Puerto Nuevo sostienen que desde el jueves y hasta el domingo no se puede dormir. Dan cuenta de hasta grabaciones hechas en sus habitaciones que muestran el grado en que se escuchan los ruidos de los boliches. Afirman que tiemblan los cuadros, se caen vasos de repisas y que la noche se les volvió un tormento. Si bien la Municipalidad acudió ante sus reclamos y se realizaron controles, en los últimos dos meses la situación empeoró. “Miden los decibeles, pero cuando se van los inspectores, ponen la música a fondo”, aseguró uno de los afectados.
El problema en la zona data del momento en que las confiterías que estaban en calle Corrientes se ubicaron en esa zona del Puerto. “No se podía dormir y mandamos notas a la Municipalidad. En la anterior gestión vinieron a medir y constataron con sus aparatos 96,6 decibeles. Tirábamos los colchones en el piso “, dijo un vecino que tiene su vivienda por Liniers, lindante a un boliche a menos de media cuadra de Güemes.
“Nunca más se nos dio bolilla, hasta esta gestión. Nos escucharon y fuimos a la Defensoría del Pueblo. Desde Habilitaciones Comerciales nos atendieron y se hicieron medicines. Hasta labraron actas”, agregó el vecino.
Sostiene que hubo mejoras y hasta una de las confiterías hizo una caja acústica a la altura de la habitación de su vivienda para evitar que el ruido pase las paredes. Sin embargo, en los últimos meses la situación volvió a empeorar y así lo manifiestan.
“Ahora cuando se constatan los decibeles ponen otro tipo de música, que no es la que pasan toda la noche y así superan la prueba”, señaló. UNO intentó comunicarse durante la mañana de ayer con la Dirección de Habilitaciones Comerciales de la Municipalidad, a cargo de Federico Amore, y nunca se pudo dar con él.
Vecinos lindantes sostienen que hasta las paredes vibran. “Estamos cansados”, dijo otra vecina que aseguró que comenzarán otra vez a juntar firmas para encarar el problema. “Queremos que la Municipalidad revea la situación, que otra vez se hagan los controles y se visite la zona. Más allá de que vamos a llevar firmas”, agregó.
Algunos comenzaron a pensar en vender sus propiedades o alquilarlas para buscar otro lugar en donde vivir, pero hay otros que ya se fueron. “Tenía el boliche pegado a mi casa”, dijo un tercer vecino que tenía su vivienda en Liniers, y agregó: “Tuve que alquilar e irme. Pero ahora los inquilinos también se fueron porque dicen que tienen el boliche adentro de la casa y así no se puede vivir”.
Datos
* Adentro de una casa el nivel de referencia es de 45 decibeles. En horario nocturno no se puede superar los 50 decibeles y de día los 60. Sin embargo hay variaciones con los ruidos de fondo: ningún sonido extraño a la vivienda puede superar los 10 decibeles dentro del hogar.
* En la calle, un ruido que no molesta está en 75 decibeles.
* Una motocicleta de 125 centímetros cúbicos no puede superar los 82 decibeles.
* Los vecinos sostienen que las mediciones con las que cuentan, dentro de sus hogares en Liniers, se alcanzan los 96,6 decibeles.
Alcanzar una mediación que contemple a todos los actores
Desde la Defensoría del Pueblo conocen el problema por el que atraviesan los vecinos que se comunicaron con UNO y proponen una instancia de mediación entre los empresarios, las autoridades municipales, quienes viven en la zona y ellos a fin de abordar el problema.
“Cuando uno de estos casos ingresa a la Defensoría suponemos o descontamos que se nos plantea un problema real y no se duda de la veracidad”, dijo Pablo Donadío ,defensor adjunto, y agregó: “Cuando se plantean problemas como este, en algunas ocasiones no solo son los boliches los que generan problemas, sino también los autos y motos que circulan que les impide conciliar el sueño o previo a la apertura, por los horarios en que se ingresa ahora, pasan autos con publicidad hasta la madrugada y también molesta”.
Por un lado invitó a los vecinos que tienen el problema a que se acerquen otra vez a la Defensoría y que de esa forma ellos se volverán a dirigir a las áreas municipales correspondientes. “Lo haremos para corroborar que los boliches estén correctamente habilitados y que luego se controle la característica de la fuga de sonido. Las veces que se solicitó a las áreas municipales dieron una respuesta pronta ”, señaló Donadío.
Zona de esparcimiento
Si bien el futuro de Puerto Nuevo está abierto, todo indica que en la zona se prepara un espacio destinado, como ahora, a la instalación de confiterías, bares y emprendimientos similares. El hecho encuentra una contradicción con los vecinos del lugar.
“Hay una decisión de que en algunos años la zona del Puerto se convierta en área de esparcimiento porque se desalentó en otros puntos de la ciudad y entonces se presenta un dilema. Se deberá reunir a todos los actores: Municipalidad, empresarios, Defensoría y vecinos para ordenar esto. Si se quiere concentrar el esparcimiento ahí hay que responder qué ocurrirá con los residentes”. Sostiene que en algunas ciudades, funciones económicas y comerciales desplazaron áreas residenciales.
Fuente: www.unoentrerios.com.ar
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