Los ruidos molestos son una constante denunciada a diario

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Caños de escape, ladridos, boliches, bares y bandas musicales generan las principales quejas de los vecinos. De todos modos, afirman que el 90% de los casos atendidos se resuelven de forma positiva
Los parlantes de una confitería, los escapes de las motos, una obra en construcción al lado de una vivienda, un perro que ladra, un comercio abierto hasta altas horas de la madrugada, vehículos con parlantes que hacen publicidad y una banda que ensaya durante horas, son las principales causas de denuncias que se realizan por ruidos molestos en Paraná.
En promedio, la Municipalidad recibe una llamada telefónica diaria con la queja de algún vecino. Las ordenanzas son claras y establecen los decibeles permitidos.
En el Centro de Mediación de la Defensoría del Pueblo los casos atendidos son permanentes y constituye, entre otras, una de las principales causas de su intervención.
María del Carmen Heritier es la Jefa de la sección Control Ambiental de la Municipalidad. Sostiene que durante el verano se agrega un nuevo ruido que molesta a los vecinos: el de las batucadas que ensayan en las esquinas. “Lo que hacemos es ir y tratamos de convencerlos para que vayan a una plaza y que no sea en horario de descanso”, dijo.
En lo cotidiano, la variedad de denuncias se dan por diferentes problemáticas: talleres mecánicos de chapa y pintura que trabajan en la vereda, el ruido de los aires acondicionados cuando están cerca de las medianeras y “fiestas acústicas” que se dan de noche en una vivienda. También se denuncia a quienes corren muebles en departamentos o ponen la radio muy fuerte.
En la vía pública se suman a los caños de escape, los vehículos que hacen propaganda sonora móvil.
“Diría que tenemos una presentación telefónica por día, pero lo que se debe hacer es una nota por expediente. A medida que ingresan se le da curso”, señaló Heritier.
Cuando hay reincidencia
Cuando alguien denuncia por escrito un problema de ruido molesto, desde la Municipalidad se visita la casa o el lugar y se miden los decibeles con un aparato calibrado llamado decibelímetro que se orienta hacia la fuente del ruido.
Si se comprueba la existencia de la infracción se le da aviso a la persona correspondiente. En los casos en los que hay una sola reincidencia, se labra un acta que luego se remite a un juez de Faltas que estipula la multa correspondiente. “El 90% cumple, pero es un continuo estar. En el código ambiental 7.717, en el anexo ruidos molestos, indica cómo se debe hacer la medición”, añadió Heritier.
La mediación
En él Centro de Mediación de la Defensoría del Pueblo también se reciben denuncias que por lo general llegan a buen puerto. Irina Chausovsky coordinadora del área detalló los más comunes y coinciden con las recibidas en la Municipalidad. “Hemos tenido casos hasta de un profesor de piano que daba clases de música en su casa”, dijo y destacó la posibilidad que brinda el centro de mediación de poder charlar de los problemas y encontrarle una solución.
“Tuvimos el caso de una persona que reclamaba que no podía estudiar por una construcción al lado de su vivienda. La empresa le alquiló una casa, se trasladó y después volvió al finalizar la obra”, señaló. Sostiene que la posibilidad que se brinda en el Centro permite una solución efectiva. “Es posible encontrar alternativas para convivir mejor”, agregó.
En definitiva, los ruidos molestos son uno de los problemas diarios que atraviesan la vida cotidiana de paranaenses. Las soluciones existen, pero como sostienen quienes se dedican a encontrarlas: una vez que se resuelve en un lugar, aparece otro conflicto.
La propaganda sonora no debe superar los 85 decibeles en la vereda. Al pasar por un hospital, cementerio o escuela debe bajar a 45. Al pasar por una sala de velatorios, 100 metros antes y 100 metros después debe ser cero.
Las motocicletas de 50 centímetros cúbicos no deben superar los 50 decibeles desde la vereda. Hasta 125 centímetros cúbicos los 82 decibeles. Cuando las motos son más grandes en su cilindrada solo se permite hasta 86 decibeles. Más alto que esos valores se comete una infracción. Hoy en Paraná no se puede vender una moto si no tiene el caño de escape reglamentario.
Adentro de una casa el nivel de referencia es 45 decibeles. Si se está en una zona residencial se le suman 5. En horarios nocturnos el ruido no puede pasar de 50 decibeles y de día no puede pasar los 60. Aunque hay variaciones con los ruidos de fondo: cualquier sonido extraño no puede pasar más de 10 decibeles de lo que se mide como ruido de fondo aunque sea menor al nivel de referencia.
Los ruidos de la música en los boliches no puede superar los decibeles permitidos adentro de los hogares. En la calle, un ruido que no molesta, nunca supera los 75.
En calle Corrientes vuelven a denunciar altos decibeles
Vecinos de calle corrientes al 400 volvieron a realizar una denuncia por ruidos molestos en su cuadra. Anteriormente son quienes se opusieron las confiterías bailables y bares en la zona.
Esta vez las molestias son generadas en la madrugada y al amanecer, a consecuencia del funcionamiento de un local de comida que fija su apertura a la salida de los boliches. En la cuadra ya comenzaron las reuniones organizativas para tratar el tema igual que durante 2011.
“No ha pasado más de un año en que logramos con el municipio erradicar los boliches y los ruidos agresores, con el traslado de esos negocios. Asimismo, se fijaron horarios de cierre y otras regulaciones con las que pudimos vivir en paz ese tiempo. Pero como suele suceder, se relajan los controles y volvemos con las mismas mortificaciones que nos desvelan e irritan”, señalaron.
El problema ahora lo origina un pequeño local de comidas rápidas que tiene su apertura a las 5. “Al cierre de los boliches esto se convierte en una romería con estacionamiento en doble fila y en puerta de garajes, música estridente, gritos, peleas, y conductores que se delatarían apenas le muestren la pipeta del control de alcoholemia. Como el local es reducido no solo carece de las reglas de seguridad sino que expulsa a la gente hacia las veredas donde las ventanas se usan como mostrador y las veredas como lugares de estar o baños según necesiten”, destacaron en un comunicado.
Además sostienen que frente a esta situación, que la califican de “agresiva”, hay “inacción municipal y policial”. “Los vecinos volvemos a autoconvocarnos y reiniciamos las reuniones. Tenemos que recuperar la paz ganada y, si es preciso, volver a la misma campaña con publicaciones, volantes, pasacalles”, detallaron.
Fuente: www.unoentrerios.com.ar
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