La exposición a diversos ruidos es tan grande que ya enferma

A nivel nacional se conoció un documento firmado por otorrinolaringólogos y fonoaudiólogos en el que aseguran que los niños y adolescentes tendrán serios problemas en un futuro cercano
Se conoció un documento en el que la Asociación Argentina de Otorrinolaringología y Fonoaudiología Pediátrica (AAOFP) y la Federación Argentina de Sociedades de Otorrinolaringología (FASO) estiman que el 30% de los chicos y adolescentes tendrá algún grado de hipoacusia que afectará su rendimiento estudiantil o laboral.
En Paraná el cuadro se complica aún más porque hay que sumarle el ruido de los caños de escape de las motocicletas, que ya se convirtió en una invasión insoportable que forma parte de cualquier conversación.
Si bien existen diferentes ordenanzas municipales que fueron creadas hace más de 30 años (ver nota relacionada) es evidente que no se cumplen.
Profesionales
Los otorrinolaringólos que tienen sus consultorios en la capital provincial están sobrepasados de trabajo. Tanto que por la mañana realizan estudios, con descansos de escasos minutos, y por la tarde reciben las consultas. Con este panorama, los profesionales se excusaron por no dar declaraciones y sus secretarias pidieron comprensión “porque están saturados de trabajo”. En esta época del año los padres aprovechan las vacaciones para acompañar a sus hijos a las consultas.
“La gran preocupación es por el uso de los auriculares”, coinciden en las salas de espera. Es que en los últimos dos años, escuchar música en los teléfonos celulares o en los reproductores de música portátiles ya dejó de ser una moda y pasó a ser una costumbre. Si a esto se le suma el ruido ambiental urbano más las exposiciones a altísimos decibles en discotecas o recitales, el panorama es más que preocupante.
La exposición permanente, de dos o tres horas por día, a más de 90 decibeles (dB) dirigidos directamente al interior del oído garantiza una lesión. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que ese tipo de reproducción no supere los 50 dB de intensidad.
“Deberíamos preguntarnos si nuestros chicos hoy serán discapacitados auditivos mañana. El 30% de la población de entre 10 y 24 años tendrá trastornos auditivos por exposición no laboral al ruido. Y eso no es poco: equivale a por lo menos 3.000.000 de personas que sufrirán un daño que no se cura”, dijo la doctora Graciela González Franco, otorrinolaringóloga infantil especializada en prevención e integrante de la AAOFP.
“En mi sala de espera -dijo González Franco-, están los nenes de menos de 10 años con los auriculares puestos escuchando música del teléfono del papá o de la mamá o con el ruido de los jueguitos electrónicos, y los papás no son conscientes del volumen al que lo están escuchando. Y si uno escucha la radio o mira la televisión, los locutores hablan gritando, aunque tienen el micrófono delante. Sin conciencia de semejante exposición, mal podemos trabajar en prevenirla”, advirtió.
Adelantados
En los teléfonos celulares de última generación se puede descargar un decibelímetro para registrar el nivel de ruido. En un estudio que se realizó con este sistema en un jardín de infantes se descubrió que, en un rato, el nivel de ruido ambiente superaba los 119 decibeles.
Fuente: www.unoentrerios.com.ar
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