Inhabitable, empiezan a tirar el edificio que se partió

06/11/11 El operativo en Mitre al 1200 arranca a la mañana. La estructura es “impredecible” y con una pluma gigante tratarán de tirarla por partes. Investigan si hubo errores en la excavación en la obra de al lado. Aún hay 220 personas evacuadas en la zona.

Irrecuperable. Así quedó el edificio de Bartolomé Mitre 1232, en pleno Centro porteño, que colapsó el viernes por la noche. En cuestión de minutos se derrumbó la medianera del contrafrente y en su caída arrastró diez departamentos enteros, y partió a la mitad a otros diez . Lo que quedó en pie está inhabitable. Y aunque los vecinos aún esperan volver para sacar sus pertenencias –o incluso hasta animales domésticos que quedaron encerrados–, el Gobierno porteño lo impide porque el peligro de derrumbe es inminente.

Para hoy a las seis de la mañana se esperaba la llegada de la grúa, que durante el día comenzará con los trabajos de demolición de la parte que aún no cayó: “La situación es grave. Se trata de hacer una demolición casi quirúrgica, muy compleja y delicada”, explicó Néstor Nicolás, subsecretario de Emergencias de la Ciudad. Entre la noche del viernes y ayer dejaron que la estructura se estabilizara. Hoy, con una enorme grúa tipo pluma , comenzarán a golpear la mampostería para conocer el comportamiento que tendría. Para los técnicos se trata de una incógnita, por el daño que evidencia toda la estructura. Ayer explicaron que las paredes del edificio podían desmoronarse hacia los costados o hacia delante.

Ante la imprevisibilidad del edificio, continuaba evacuada toda la manzana y la vereda de enfrente, la impar de Bartolomé Mitre al 1200. Y en observación la parcela de Libertad 50, que da al fondo del edificio de Mitre 1232 y fue afectada cuando se produjo el derrumbe.

Aunque los trabajos de los peritos continuaban, desde el primer momento se vinculó el derrumbe con la excavación que se hacía junto al edificio. Un caso similar al que produjo el derrumbe en el gimnasio de Villa Urquiza, en agosto, en el que murieron tres personas. Una retroexcavadora habría horadado junto a los cimientos, dejando sin apoyo la mampostería, lo que produjo la caída de la enorme pared. En el terreno lindero, una playa de estacionamiento, el arquitecto Ezequiel Rivarola y la empresa Lemarche SRL comenzaban la construcción de una torre con cocheras. Ayer, en un comunicado señalaron que trabajaban según “las reglamentaciones vigentes”, lamentaban lo ocurrido y esperaban las pericias. Sobre las causas, sólo indicaron que “se desprendió tierra por debajo de los cimientos del edificio vecino”. Rivarola pertenece a One Change, organización que promueve la reconstrucción de ciudades afectadas por catástrofes.

El titular de la Agencia Gubernamental de Control, Javier Ibáñez, contó que se habían comunicado con Rivarola: “Dijo que encontró como una burbuja de aire en el suelo . Cuando intenta excavar la segunda parte, se hunde el terreno y quedan al aire los cimientos del edificio contiguo”. Ibañez agregó que los peritajes determinarán “si realmente eso existió o se trató de una negligencia”.

En los últimos meses una serie de derrumbes pusieron el foco sobre los controles . Tras la tragedia de Villa Urquiza, la Legislatura aprobó una ley que obliga a inspeccionar las etapas de demolición y excavación en las obras. Además impone una multa para el propietario del terreno que no contrate a empresas anotadas en el Registro Público de Demoledores y Excavadores. Pero la ley no fue reglamentada aún por el Ejecutivo.

Desde la Fundación Ciudad, hicieron responsable al Gobierno porteño por la falta de controles: “No hay planeamiento y tampoco una visión sustentable del desarrollo urbano. No se protege el patrimonio arquitectónico y se promueve la construcción descontrolada y la densificación”, dijo Andreína de Caraballo, su presidenta. En el mismo sentido opinó la Agrupación de Profesionales de Peritos Verificadores, quienes desde hace años vienen advirtiendo sobre la falta de controles.

Al respecto el jefe de Gabinete porteño, Horacio Rodríguez Larreta, dijo: “Uno no puede poner un inspector en cada obra, así no funciona; es como poner un policía en cada esquina para que no haya accidentes de tránsito”, enfatizó.

La AGC cuenta con 120 inspectores para recorrer las obras. Pero la construcción aumenta año a año. Entre enero y agosto se solicitaron más de 15.000 permisos para construir multiviviendas.

En el caso de Bartolomé Mitre 1232, los vecinos habían denunciado ruidos molestos y temblores el 5 de agosto y las inspecciones llegaron el 26 de septiembre. En tanto que la UOCRA lo había hecho en dos oportunidades, el 11 y el 19 de agosto: “Las denuncias abarcaban desde la falta de elementos de protección y seguridad personal para los trabajadores hasta la falta de señalización y protección de zanjas y excavaciones ”, detalló el sindicato en un comunicado.

Ayer seis manzanas permanecían valladas y unas 220 personas estaban evacuadas . En las cercanías al edificio derrumbado los propietarios de Bartolomé Mitre 1232 reclamaban un vocero del Gobierno porteño ante quien canalizar sus dudas. Por un lado, saber si podrían entrar a los departamentos A, ubicados en el frente. Pero también para descifrar cómo siguen sus vidas, ya sin vivienda (ver pág. 52 ). Algunos rechazaron la propuesta del Ministerio de Desarrollo Social, de llevarlos a un centro de evacuados y a paradores, que en general están destinados a gente en situación de calle. Es que los vecinos conformaban un grupo muy heterogéneo, compuesto también por familias muy humildes que habitaban un hotel y que también se quedaron en la calle.

Por SILVIA GÓMEZ – Nota Clarin
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