En las últimas semanas se intensificaron los reclamos que hace años realizan los vecinos de La Rioja y peatonal San Martín por el peligro de derrumbe de la antigua casa ubicada en la esquina noreste, frente a la Iglesia del Carmen. De los viejos balcones de ese condominio se desprende la mampostería directo al suelo con alto riesgo para los transeúntes, por lo tanto la Municipalidad tomó la decisión de encarar los trabajos de demolición.
Ya se confeccionó el pliego de obra para derribar la planta alta, pero se generó un problema con los negocios alquilados que están debajo. Según un informe técnico hay que realizar la demolición únicamente si esos locales están desocupados.
“Más allá del problema legal de esa propiedad, se tomó la decisión de elaborar los pliegos. Ahora se están analizando los detalles para garantizar la seguridad vial y la viabilidad de los trabajos”, precisó Aidilio Fabiano, fiscal municipal.
Según supo El Litoral, la propiedad está en el medio de un conflicto entre los condóminos por una diferencia de opinión. Las autoridades locales tuvieron audiencias con los dueños y hasta se hizo una presentación por parte de uno de ellos para frenar la demolición, pero desde el municipio rechazarán formalmente esa apelación.
De acuerdo al expediente, el 22 de abril de 2010 se declaró en estado de ruinas el inmueble por Edificaciones Privadas. En septiembre del mismo año, se autorizó a Fiscalía a gestionar la orden judicial para hacer los trabajos, pero hubo un problema para ubicar a los propietarios, en tanto el 2 de marzo de 2011, uno de los dos propietarios planteó un “recurso de reconsideración y apelación”.
Más adelante, el 4 de abril de este año, se dispuso una inspección de Edificaciones Privadas con la intervención de la comisión municipal de Defensa del Patrimonio Cultural. “Se cumplieron todos los recaudos legales y ahora se está por notificar el rechazo a ese recurso”, agregó Fabiano.
Un vecino, Danny Penno -propietario del negocio La Tecla-, le dijo a El Litoral que “también hay una parada de colectivos allí y la gente circula permanentemente. Es un tema que data de los ‘80, con lo cual debería arreglarse lo antes posible para evitar alguna desgracia”.
En la esquina sureste de las calles San Jerónimo y Juan de Garay, una construcción de 1905 tiene balcones en malas condiciones. Actualmente están protegidos por media sombras clavadas a la pared, pero los propietarios quieren demolerlos.
“Conseguimos que el municipio nos autorice a tirarlos abajo, porque la inversión para remodelarlos era muy costosa”, asegura Edita Romero, propietaria.
Debajo de la planta alta aún funciona una casa de antigüedades. En su puesto de trabajo, Edita atendió a El Litoral y aseguró que en realidad “no hay peligro de derrumbe”. Dijo, asimismo, que ya hubo tres inspecciones de la Municipalidad que lo comprueban.
“Además no podríamos estar viviendo ni trabajando acá. Habitamos arriba y el negocio está abajo”, aclaró la dueña de esa propiedad. Luego comentó que “hay un arquitecto trabajando en el proyecto de demolición” y tratarán “de realizarlo lo más pronto posible”.
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[…] La pensión de dos plantas carga en su haber con un sinnúmero de irregularidades. No sólo está clausurada (aunque a esta determinación se llegó con sus moradores aún habitándola) sino que pesa sobre ella un juicio de desalojo y sigue corriendo riesgo de derrumbe, tanto interno como externo. “Fijate cómo tuvimos que levantar algunas paredes para sostener el techo o evitar más grietas“, mostró a La Capital Ricardo Rodríguez. El hombre dio cuenta, además, de que duerme en cuarto donde abunda la humedad. […]