A la falta de dinero para que los inspectores fiscalicen durante la noche, también se suma la ausencia de equipos para medir los decibeles que emiten los autos particulares, los eventos contratados y los locales nocturnos. La Carta Orgánica ordena reglamentar los ruidos molestos mientras el Municipio comenzaría a tratar la problemática en las próximas semanas.
Los ruidos molestos no tienen solución cercana en San Carlos de Bariloche, tal como quedó demostrado tras la última reunión de la Comisión de Servicios, Tránsito y Transporte.
La reunión fue convocada con el objetivo de invitar a vecinos del edificio Bariloche Center, que llevaron sus reclamos por los constantes ruidos molestos provocados por los autos que circulan por el lugar, con una velocidad mínima y acelerando “a fondo”.
El concejal Alfredo Martín (FG) explicó que se citó al Director de Transporte, aunque “lo único que atinó a decir es que él ya sabía pero que no tiene la suficiente capacidad de fiscalización”.
Martín cuestionó al funcionario municipal y calificó la situación de “lamentable” ya que los pedidos para que se aumente la capacidad de fiscalización del municipio son reiterados. Asimismo el edil hizo hincapié en la necesidad de que los inspectores sean acompañados por la policía y no en una actitud “pasiva”.
Por aquel entonces, la normativa explicitaba en su articulado: “Queda terminantemente prohibido el uso en los vehículos automotores del escape libre, debiendo los propietarios y/o conductores de éstos, utilizar en los mismos los aditamentos silenciadores que la técnica impone”.
Otra situación que suele considerarse bastante “común” también se ubica entre las prohibiciones: “Prohíbase asimismo a las casas que vendan artículos musicales o aparatos de tal índole, colocar equipos altavoces al exterior del negocio, como así también cualquier otro sistema que pueda utilizarse para la transmisión de música, canto o pregón a la vía pública o propiedades linderas. Los aparatos existentes para tal fin en el interior del local deberán funcionar a un nivel de volumen que no originen molestias a los vecinos”.
No obstante, la ciudad continúa en franco crecimiento y los ruidos pasan de ser molestos a “intolerables” por los vecinos de la ciudad. Por ello el director de Inspección General, Jorge Layana, dio a conocer su intención de reunirse con referentes del Instituto Balseiro para comenzar a tratar la fiscalización de los ruidos molestos.
Esta situación se encuentra mencionada por la Carta Orgánica Municipal en su artículo 181, dentro de las “Políticas generales de medioambiente”, obligando a la reglamentación de “prevención de ruidos molestos”.
Otra forma de subsanar la falta de equipos y fiscalización es la tarea que lleva adelante la Defensoría del Pueblo, a través de la Mediación Comunitaria entre las partes que presenten esta problemática.
Con el contexto al descubierto, Alfredo Martín consideró que “la normativa está” aunque con falta de fiscalización y propuso que los Jueces de Faltas sean “totalmente duros” para aplicar las multas correspondientes.
“Ni siquiera el municipio tiene un decibelímetro y es una cosa que hay que comprar y homologarlo igual que los alcoholímetros”, afirmó Martín quien no aceptó como excusa el hecho de que el Estado Municipal no cuente con suficientes recursos.
Aún así el Concejal del Frente Grande destacó el esfuerzo del cuerpo de inspectores, que en ocasiones sufre todo tipo de agresiones, que muchas veces extienden los turnos rotativos hasta las 23 hs cada día.
Fuente: www.elciudadanobche.com.ar
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[…] en aquellos ruidos que perturban el sueño, no desde lo técnico sino desde una percepción “absolutamente humana de cuando un ruido me molesta, que para algunos puede ser algo neutral y hace q…“. Detalló que el proyecto se centra en los ruidos que provocan los escapes adulterados y […]
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