Velódromo: de cuna del ciclismo a este presente sin tribunas

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El estadio de Palermo fue el templo de ese deporte en los años 70 y 80; sólo queda su vieja pista peraltada

El velódromo de Buenos Aires empezó a desaparecer. Los restos de la última tribuna que permanecía en pie ya fueron retirados del espacio que el añejo templo del ciclismo ocupaba en Palermo. Sólo queda la pista por donde rodaron las bicicletas de glorias argentinas de este deporte como Juan Curuchet, Marcelo Alexandre y Claudio Iannone.

El velódromo fue inaugurado en 1951 para los Juegos Panamericanos celebrados ese año. Pero su vida útil fue corta y su historia es más conocida por el abandono y las fallas estructurales en la construcción que por ser escenario de éxitos.

En su momento, fue considerado uno de los mejores circuitos del mundo para el ciclismo de alta velocidad, con una pista óptima y tribunas que permitían el ingreso de hasta 15.000 personas.

Pero las rajaduras que aparecieron en las paredes y en las estructuras dieron un aviso premonitorio: más tarde o más temprano llegaría el momento del derrumbe.

«Para el ciclismo, como para el deporte argentino, es un monumento, pero hace muchos años que las fallas estructurales hacían que no se pudiera usar. Nosotros vivíamos ahí cuando concentrábamos en Buenos Aires. Hacía años que se veían las rajaduras en las instalaciones, en las paredes«, cuenta el campeón olímpico y presidente de la Federación Argentina de Ciclismo de Pista, Gabriel Curuchet, que se instalaba en los «dormis» del lugar cuando entrenaba con su hermano, ambos marplatenses.

Vaivenes

La pista peraltada de 333,33 metros de perímetro, que la Unión Ciclista Internacional homologó en 1979 a la par de los principales velódromos olímpicos del mundo, presenta grietas y fisuras. Por esos años el predio estuvo a punto de ser entregado en concesión a la Unión Argentina de Rugby (UAR), pero las quejas de la Federación Ciclista Argentina lo impidieron.

«Yo era un gran soñador de la bicicleta y ése fue el lugar donde empecé a soñar lo que quería ser en el ciclismo. Ahí conseguí mi primera marca y la clasificación para la Juegos Olímpicos de 1984», cuenta Juan Curuchet.

«Ahí vivíamos. En las habitaciones había cuchetas y tenían instalado un sistema de duchas. Contaba con un comedor en donde muchas veces cocinábamos nosotros o nuestros padres, que nos acompañaban. El alojamiento se complementaba con las instalaciones del Cenard (Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo, en Núñez)», recuerda Juan.

Al poco tiempo, el ciclismo se mudó a donde funcionan hoy las instalaciones para los amantes de este deporte: el circuito KDT, también en Palermo. Gabriel repite: «Ya se sabía de las fallas estructurales«.

Años antes, durante los cuatro sábados de noviembre de 1970, el predio ovalado de Palermo fue sede del festival BA Rock. Allí se presentaron algunas de las bandas y solistas fundadores del rock nacional, como Los Gatos, Almendra, Vox Dei, Manal, Moris y Miguel Abuelo.

En 1991, el entonces intendente, Carlos Grosso, lo cedió en concesión por 20 años a una empresa privada, junto con otras instalaciones de los bosques de Palermo. Seis años después, Fernando de la Rúa, entonces jefe de gobierno de la ciudad, lo recuperó para el estado porteño, aunque nunca se realizaron las obras necesarias para restaurarlo.

Un estudio realizado en 2007 por el Centro Argentino de Ingenieros confirmó algo de lo que ya se hablaba por lo menos desde 1999: señaló que las tribunas presentaban fallas estructurales y corrían peligro de derrumbe.

El principio del fin

El último gran espectáculo se realizó allí en 1998. El grupo De La Guarda presentó Doma. Fue en ese mismo año cuando la Asociación Argentina de Tenis (AAT) presentó ante el gobierno porteño un proyecto para convertir el lugar en un centro nacional de tenis, pero la idea tampoco avanzó.

Aunque no fue oficial, luego de su condena a muerte el velódromo fue utilizado como depósito de autos judicializados que secuestraba la comisaría 23» de la Policía Federal. La empresa Mantelectric, que realiza obras en espacios públicos contratada por el gobierno porteño, solía tener instalada ahí una base de operaciones en el predio.

Sus inmediaciones también hicieron las veces de estacionamiento y hasta funcionaron, ilegalmente, como predio de práctica de paintball.

A fines de 2013, la Legislatura de la ciudad sancionó una norma que autorizaba la demolición de las tribunas y protegía los murales que lo circundan. «La ley no solamente no desafectó el predio de sus protecciones normativas y de su pertenencia histórica al parque Tres de Febrero, sino que, permitiendo la demolición, protegió los paredones ornamentales que establecían el antiguo ingreso al velódromo», explicó el arquitecto Osvaldo Guerrica Echevarría, de la Asociación Amigos del Lago.

El plan oficial promete un nuevo uso: la pista quedará en pie porque es monumento histórico y se mantendrá como museo, como también las estructuras ornamentales que rodean el predio. Se transformará en un espacio verde y, en el mediano plazo, albergaría al Comité Olímpico Argentino y a las federaciones argentinas de deportes, no con construcciones fijas sino con oficinas montadas con el sistema de contenedores.

Escenario deportivo, musical y, finalmente, del deterioro

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1979
En octubre de ese año, en pleno apogeo, el entonces velódromo municipal albergó a los deportistas que disputaron el Campeonato Mundial Juvenil de Ciclismo. El ganador fue el joven norteamericano Greg Lemond, que luego se consagraría en el Tour de Francia.

1970
El predio ovalado de Palermo también fue escenario de recitales. Durante los cuatro sábados de noviembre de 1970, fue sede del festival BA Rock. Allí se presentaron prestigiosos músicos y bandas míticas como Los Gatos, Almendra, Vox Dei, Manal, Moris y Miguel Abuelo

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2013
Ese año, la Legislatura porteña sancionó una norma que autorizaba la demolición de las tribunas y protegía los murales que circundan el velódromo. Por ese entonces, el lugar había caído en el olvido y se usaba como depósito de autos secuestrados por la comisaría 23»

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2015
Hoy, el velódromo se extingue. Luego de meses de trabajo, las tribunas ya fueron demolidas por completo y sólo queda en pie la pista peraltada. Prometen transformar el predio en un espacio verde, donde funcionarán oficinas del Comité Olímpico Internacional

Fuente: La Nacion
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