Hace dos semanas, la rotura de una viga de un edificio en construcción en la zona de calle Urquiza y Buenos Aires puso en alerta a los vecinos ante la posibilidad de que se produjese una tragedia. No obstante, en la ciudad cualquier persona se puede topar con edificaciones antiguas con muros inclinados sostenidos con palos, ménsulas de balcones con la estructura interna de hierro a la vista, cornisas con mampostería caída, entre otras cuestiones. Pero el acostumbramiento a las mismas implica minimizar el riesgo que se corre al no ser controladas adecuadamente, según pudo apreciar DIARIOJUNIO.
La ordenanza que regula la materia (Nº 17.303) establece que en su artículo 305º que un edificio será considerado en peligro de derrumbe cuando sus muros o estructuras estén comprendidos en los siguientes casos: “cuando un muro esté vencido alcanzando su desplome al tercio de su espesor o cuando presenten grietas de dislocamiento, aplastamiento o escurrimiento”.
Además hay casos en que se recomienda la demolición. “Cuando un muro tuviese cimientos al descubierto o cuando los elementos resistentes de una estructura hayan sobrepasado los límites admisibles de trabajo” se señala.
En el artículo 306º se menciona que el Ejecutivo puede mandar a demoler todo edificio o parte del mismo cuando fuese declarado en peligro de derrumbe. “Se notificará a los propietarios de los trabajos que se deberán practicar y el tiempo en el que deben quedar terminados”. En caso contrario, se establece que deberán publicarse los trabajos en dos diarios durante ochos días consecutivos. Vencido ese plazo, el Ejecutivo procederá por cuenta del propietario al apuntalamiento o a la demolición de las partes peligrosas.
Más adelante, se establece que los apuntalamientos efectuados como medida de emergencia son considerados de carácter transitorio y deberán ser retirados “en el plazo máximo de un mes”, ejecutados en su reemplazo los trabajos definitivos necesarios.
Muros en peligro
Todas las consideraciones mencionadas no fueron tenidas en cuenta en el caso de un muro ubicado en calle Alvear al 470. En una nota presentada por el ex concejal Eduardo Miranda, vecino de la zona, se establecía que allí se daba una situación bastante peligrosa. “En ese lugar se encuentra un muro de aproximadamente 8 metros de largo por algo así como 2,90 metros de alto en una muy peligrosa situación de caída inmediata”, expresó en una nota presentada el 7 de agosto pasado.
“Torna más grave la cosa el hecho de que su caída apunta hacia la calle, es decir que en cualquier momento la tragedia puede hacerse presente con las consecuencias que sobre vidas y bienes y que luego el municipio deberá afrontar”, señaló el ex edil.
“Debo decir que además hace dos meses atrás procedía hacer una denuncia de carácter verbal en la dependencia de obras privadas ante el funcionario Señor Álvarez. Nada ha servido para acabar con este peligro y la presencia municipal no se ha dado como para alentar la esperanza de que se tome alguna medida”, señaló el ex edil
De la misma forma, se puede mencionar un muro de material ubicado en la esquina de Brown y Pirovano. Se puede observar a simple vista que ha perdido la verticalidad y que fue apuntalado por un palo apoyado en el medio de la vereda. Desde hace tiempo que se encuentra de la misma forma y nada hace pensar que no siga en esas condiciones durante un tiempo indefinido.
Controlar los balcones
Delante del viejo hotel Imperial, en Urquiza y Roque Saénz Peña, cuya estructura muestra grietas y desprendimiento de mampostería en algunas cornisas. Una comerciante que hace mucho tiempo que trabaja en la zona comenta que no recuerda haber visto que se haya caída algún trozo de material en la vereda. Evidentemente la estructura se encuentra en buen estado. Pero ¿alguien la controla?
El 6 de julio de 2012 el Concejo Deliberante aprobó una minuta donde solicitaba al Ejecutivo que proceda a realizar un relevamiento e inspecciones de fachadas y balcones en la vía pública. “Los cuales presentan a la vista notables deterioros por lo que significan un riesgo de accidentes para las personas que habitan en ellas y las que circulan a diario por las distintas veredas de la ciudad”, se señalaba en la nota.
El autor de la iniciativa fue el concejal Alberto Armanazqui (FPV) quien indicó ese día que “este cuerpo está preocupado por algunas fachadas en la peatonal donde hay mucha arquitectura de mucha antigüedad y uno observa hacia arriba, lo que pasa es que está tapado por los comercios, pero si uno observa los balcones, las cornisas, en las molduras, ve que algunas ya están desprendiéndose”.
De esa manera, el concejal señalaba que se ponía en riesgo la salud de la población. “Nosotros pedimos el informe para toda la ciudad”, indicó. “Es un trabajo que lleva tiempo pero hay una ordenanza vigente donde se prevé que el propietario de estas viviendas tiene que hacerse cargo de las reparaciones sino lo tiene que hacer el Estado con costas a algún propietario”, mencionó. “Uno no mide las consecuencias hasta que algo pasa. Hemos podido apreciar todos en los medios nacionales que en la ciudad de Buenos Aires, por ahí por mayor antigüedad, ha ocurrido y por no prever después se lamenta. Por eso creo que todo lo que sea prevención siempre es más barato y más si salva vidas”, indicaba Armanazqui.
Además, explicaba que de suceder un accidente en la vía pública, la municipalidad es la responsable. “Lamentablemente es así. En todo lo que la municipalidad tiene la responsabilidad del control y no se hace en tiempo y forma, después recae la responsabilidad al municipio”, indicaba el edil.
¿Se hizo una recorrida tal lo solicitado por la minuta? Esta tarde Armanazqui no contestó al llamado telefónico de JUNIO. No obstante, en la oficina sus colaboradores no recuerdan que desde el Ejecutivo se haya trabajado en la línea de lo requerido por la minuta.
Fuente: www.diariojunio.com.ar
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