Desde hace un tiempo, el Parque Central logró su objetivo de ser uno de los grandes pulmones verdes de la ciudad de Mendoza, durante el día cientos de mendocinos acuden a caminar, trotar o simplemente a compartir mates al aire libre. Pero de noche el escenario cambia y los 200 metros de la calle El Parral, entre Vendimiadores y Pellegrini se transforma en una pista de picadas de autos y motos, música alta y jóvenes descontrolados.
Según los vecinos esto ocurre de lunes a lunes, sobre todo en temporada de verano, y todos coinciden en que desde el municipio no hay respuestas.
Los espacios se ponen de moda, algunos para bien otros para mal, lo cierto es que sobre la calle El Parral se ubican varios edificios y monoblocks que miran al Parque Central y sus habitantes disfrutan de día y padecen de noche. Hace dos años, la moda de los jóvenes y adolescentes que viven en otros barrios del Gran Mendoza es ir a ese lugar a participar o mirar picadas de motos y autos, escuchar música fuerte y beber alcohol, siempre hasta altas horas de la noche.
Los vecinos ya no saben qué hacer con la situación, según ellos dormir es casi una misión imposible. Entonces recurrieron a la Municipalidad a exponer la problemática, sin embargo el escenario cada noche sigue siendo el mismo.
«Casi no hay noches sin que tengamos que sufrir el ruido y el peligro que implican las picadas de motos y autos y la música fuerte que no nos deja descansar. Todos los que vivimos acá somos gente de trabajo y necesitamos descansar, algo que desde hace dos años no logramos. A pesar del calor, en verano cerramos las ventanas, pero las ondas sonoras son tan fuertes que hacen que los vidrios vibren toda la noche», argumentó Irene Vaccarino, una docente que vive junto a su familia, justo frente al epicentro del problema.
Algunos vecinos que alquilaban en la zona decidieron mudarse a otros sitios, justamente debido a la imposibilidad de descansar, pero Irene y su familia han decidido luchar hasta lograr que la zona vuelva a ser tranquila durante las noches. «Se trata de respeto, a mí me enseñaron a respetar los derechos del ciudadano. La policía vial a veces viene y se llevan algunos autos cuando no tienen documentos en regla, pero la Municipalidad no hace nada. Nos prometieron que iban a poner lomos de burro en las calles y vallas en el callejón interno del parque, pero hasta ahora no tenemos novedades», completó.
La música, el alcohol hace que los jóvenes griten y hasta algunos vecinos aseguran que llegan autos con amigos que celebran despedidas de soltero y «las chicas o chicos se desnudan arriba del techo de los vehículos». Alba de Salem, otra vecina de la zona, mostró una colección de blíster de pastillas como Alplax y Valium. «Estas cosas aparecen al día siguiente de las juntadas en las puertas de nuestras casas», aseguraron.
María Inés Avendaño, otra de las vecinas de la zona, confirmó que los ruidos se extienden hasta pasadas las cuatro de la mañana. «Arrancan a las 12 y en verano es peor, nos hemos cansado de llamar a los preventores; a veces vienen y otras no. Pero cuando vienen los autos se van un rato y después vuelven», relató.
Es sabido que el mismo escenario de música fuerte y autos corriendo a alta velocidad puede apreciarse en el Parque General San Martín. El tema es que los vecinos advierten que en sus inmediaciones no hay viviendas de familia. «Esa no es zona residencial; la nuestra sí. Tengo a mi nieto chiquito los fines de semana durmiendo en mi casa y los gritos no lo dejan dormir, porque la ventana da justo a la calle donde se estacionan los autos; es como tenerlos adentro de la habitación», se quejó Rosa Poroyán, otra de las vecinas indignadas con la situación.
Según los residentes en la zona, los lomos de burro sobre El Parral y las vallas en el callejón interno que también prometió el municipio capitalino serían una solución para las picadas de autos y motos. Con respecto a los ruidos y la música, aseguran que el gobierno municipal debería implementar una resolución para resguardar la zona de contaminación sonora, al menos en horas de la noche.
«Pueden poner carteles de prevención y acentuar el control. Que se lleven detenidos a quienes provocan ruidos molestos, y no van a volver a hacerlo. Algo hay que hacer para que nos dejen vivir en paz», coincidieron los vecinos.
Por Leandro Sturniolo
Fuente: www.losandes.com.ar
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