El desplome de una antigua casona en el Abasto y el incendio del depósito de Iron Mountain en Barracas no son episodios aislados. Los inspectores y el sindicato de la construcción denuncian negligencia y vista gorda por parte de las autoridades, que no clausuran cuando corresponde.
En los últimos 6 años, al menos 36 derrumbes –según datos del sindicato de la construcción- dejaron al descubierto las falencias en los sistemas de prevención del gobierno porteño. A pesar de que la tragedia de Cromañón obligó a reforzar y reformular las áreas de inspección, todo parece haberse diluido con el correr de los años. El incendio del galpón de la empresa Iron Mountain en Barracas, que causó la muerte de 10 bomberos, y el derrumbe de una antigua casona en el barrio de Balvanera, donde murió un obrero, se sumaron a una larga lista de episodios similares. El desplome de un gimnasio en Villa Urquiza (3 muertos, agosto 2010); la caída de un entrepiso en el boliche Beara de Palermo (2 muertos, septiembre 2010); y el derrumbe de un edificio ubicado en Bartolomé Mitre al 1200 (1 muerto, noviembre 2011), entre los más graves. En todos, fallaron los sistemas de control.
El martes 25 por la mañana, una vieja casa ubicada en la esquina de Valentín Gómez y Jean Jaures se vino abajo íntegramente. El inmueble estaba siendo demolido por encargo del Gobierno porteño porque el 9 de junio de 2012 había sufrido un episodio similar, cuando el segundo piso se desplomó, sin víctimas fatales.
El 12 de febrero, la Unión Obrera de la Construcción (UOCRA) había denunciado numerosas irregularidades detectadas en la obra que llevaba a cabo la empresa de demoliciones Venegoni Hnos. Fuentes del Cuerpo de Inspectores de la Subsecretaría de Trabajo de la Ciudad informaron a Diario Z que la demolición había sido suspendida el 29 de enero, cuando un agente porteño detectó un “riesgo importante” de derrumbe. Además, la fuente precisó que los trabajadores estaban en contratados informalmente y no contaban con los elementos de seguridad.
La casona estaba deshabitada, pero antes había sido objeto de una disputa entre el Gobierno y varias familias que la ocupaban. Luego del derrumbe de 2012, las autoridades lograron desalojar el inmueble y en octubre de 2013 llamaron a licitación para demolerlo con un presupuesto de un millón de pesos. Según la Subsecretaría de Emergencias de la Ciudad, la casona estaba en una situación de “equilibrio inestable con riesgo para la vida de vecinos, transeúntes y edificaciones linderas”.
Como en el caso del derrumbe del edificio ubicado en Bartolomé Mitre 1232, ocurrido el 4 de noviembre de 2011, todos los mecanismos de advertencia funcionaron correctamente. Además de la denuncia del sindicato, los propios agentes del gobierno porteño advirtieron sobre el pésimo estado de la obra. Según pudo reconstruir Diario Z en base al testimonio reservado de un inspector, habitualmente, el trámite de suspensión se inicia con una intimación como paso previo, pero las condiciones eran tan malas que ameritaba una suspensión urgente, explicó la fuente. “Había que clausurar, la casa no estaba en condiciones para que hubiera trabajadores en su interior”, añadió.
Fuente: www.diarioz.com.ar
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[…] El derrumbe de ayer en una obra del barrio porteño de Balvanera, en el que una persona murió y cuatro resultaron heridas, se suma a una lista de incidentes similares que tuvieron lugar en los últimos cuatro años. […]