Una nueva y grave advertencia sobre la posibilidad de que la hipoacusia y la pérdida de audición aguda se conviertan en una pandemia en un futuro no muy lejano acaban de dar a conocer profesionales del Colegio de Fonoaudiólogos de La Plata, quienes aseguraron que una de cada cuatro personas padecerá una pérdida de audición para el año 2050. Cabe señalar que esta entidad había formulado en años anteriores anuncios similares, sin que las autoridades hubieran adoptado medidas aptas para revertir esta realidad.
Tal como señalaron ahora, el problema se vuelve especialmente crítico en nuestra ciudad, por ser considerada una de las regiones más ruidosas del país. Pero a esto se le suma también, el mal uso de los reproductores MP3 y ipod, que se escuchan a niveles excesivamente dañinos y al abuso de otros aparatos electrónicos conectados directamente al oído.
Estar expuesto a ruidos fuertes de forma continua -destacaron los especialistas- es la causa principal de la pérdida de audición, debido al daño que se produce en la cóclea, que es la parte sensorial del oído. Añadieron que los problemas auditivos son muy comunes entre la población joven, habiéndose comprobado que el 70 por ciento de quienes ocupan esa franja padece tinnitus o acúfenos, que consiste en experimentar zumbidos, pitidos o silbidos en los oídos.
Tales expresiones formuladas con motivo de celebrarse en estas jornadas el Día Mundial de la Conciencia sobre el Ruido incluyeron un detalle sobre los dispositivos electrónicos más peligrosos, incluyéndose entre ellos a los reproductores MP3, puesto que los niveles de ruido en estos equipos de audio suelen superar los decibeles recomendados, ya que cuentan con una salida de 115 decibeles, comparable al despegue de un avión.
En cuanto a la contaminación sonora que se constata, han resultado hasta ahora estériles las protestas y presentaciones vecinales, que no se agotan en los denominados ruidos molestos. Se sabe que en los últimos años no han sido los boliches los únicos protagonistas de la nocturnidad, ya que se vinieron sumando muchos clubes. Asimismo, los equipos de alta potencia instalados en algunos automóviles o en los domicilios particulares confluyen para agravar el problema.
El hecho concreto es que en el ámbito platense no se advierte que exista una acción decidida contra esta forma de contaminación sonora y contra los diversos trastornos y daños que de ella se derivan. Las reiteradas advertencias que han venido formulando en los últimos años los fonoaudiólogos platenses no se vieron correspondidas por acciones oficiales, sean de concientización o mediante regulaciones, tendientes a mitigar los efectos de los desbordes señalados.
A todas luces se está ante un problema crítico que requiere no sólo una reacción institucional -eficaz y ejecutiva-, sino también una actitud colectiva más solidaria, susceptible de acompañar los programas que deban ponerse en práctica.
Fuente: www.eldia.com.ar
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