El gobierno porteño otorga excepciones en forma habitual
Las irregularidades en las habilitaciones y controles de boliches en la Capital sumaron ayer un nuevo y polémico capítulo al conocerse que prácticamente todas las semanas el gobierno porteño concede excepciones para que se usen como discotecas numerosos lugares que no fueron habilitados para tal fin. No se trata, precisamente, de permisos aislados. Algunos bares, por ejemplo, fueron autorizados a «convertirse» en boliches bailables hasta dos veces en una semana. Y en no pocos casos tienen música en vivo.
La modalidad fue denunciada por diputados opositores durante la extensa reunión que mantuvieron en la Legislatura con funcionarios de Mauricio Macri, a los que convocaron para que explicaran cómo otorgan las habilitaciones, luego de que en la madrugada del viernes pasado murieron dos jóvenes aplastadas por un entrepiso que se derrumbó en el bar Beara, en Palermo.
El trámite de excepción del uso de un local está contemplado por la la resolución N° 1010, emitida en 2005 tras la tragedia de Cromagnon y aún vigente. Fue ideado como una alternativa para autorizar en forma excepcional el desarrollo de recitales o bailes en lugares cuya habilitación original no incluía este tipo de actividades.
Al principio, estuvo dirigido a paliar un vacío legal relacionado con los estadios de fútbol, pero luego su aplicación se fue extendiendo a otros establecimientos que solicitaban realizar «espectáculos o diversiones» no previstos por la categoría en la que habían sido habilitados.
Ayer, los diputados Gonzalo Ruanova (ex ibarrista, hoy sabbattelista) y Daniel Amoroso (ex macrista, hoy denarvaísta) denunciaron que, con el tiempo, lo que debía ocurrir como un caso excepcional se terminó haciendo moneda corriente, desvirtuando así la finalidad de la norma y, en los hechos, admitiendo que en bares y restaurantes se baile hasta dos veces por semana como si fueran discotecas.
Lo que hubiera correspondido es que los dueños de los comercios tramitaran una habilitación como local bailable e hicieran frente a todas las exigencias y mayores costos en materia de seguridad que ello implica.
«Tengo el presentimiento de que se utilizó una normativa de carácter excepcional para convertirla en una regla. En lugares donde las condiciones mínimas de seguridad no permiten que funcione un boliche, lo terminaron haciendo», dijo Ruanova.
«Son todos casos de boliches bailables encubiertos; algunos, muy graves, como este último [por Beara Lounge], con conjuntos musicales que convocan a mucha gente», agregó Amoroso.
Ruanova explicó que -según datos que maneja y cuya confirmación solicitó al director de la Agencia Gubernamental de Control, Javier Ibáñez, que anteayer acudió por segunda vez a la Legislatura a dar explicaciones sobre el derrumbe en el boliche de Palermo- hay ejemplos paradigmáticos del extendido uso de la resolución 1010 en los últimos dos años: en ese lapso, Terrazas al Este, en la Costanera Norte, habría recibido 90 permisos de baile; Modena, en Recoleta, 78, y Belushi, en Palermo Hollywood, 53.
«Habilitarse como local bailable clase C es el trámite más duro, porque se imponen muchas exigencias de seguridad, como la colocación de matafuegos, certificados de bomberos trimestrales y doble salida de emergencia, todas condiciones que se endurecieron tras Cromagnon. Entonces comenzó a ser habitual disfrazar la actividad de baile con la habilitación como casa de fiestas privadas y con el permiso excepcional de la resolución 1010», explicó Ruanova.
Precisamente el local Beara contaba con la habilitación como salón de fiestas privadas (categoría que no existe en el Código de Habilitaciones), pero en rigor -según trascendió tras el derrumbe- no se realizaban allí fiestas privadas, sino que los bailes se promocionaban por Internet para captar asistentes a los que, además, se exigía el pago de una entrada o consumición.
El comercio situado en Scalabrini Ortiz 1638 había sido habilitado originalmente como bar y restaurante, permiso que había violado en más de una oportunidad.
Esos antecedentes condujeron a la directora general de Fiscalización y Control, Vanesa Berkowski, a sugerir a su par de Habilitaciones, Martín Farrell, que no otorgara a los dueños de Beara la nueva autorización solicitada para funcionar como sala de fiestas privadas. Farrell desoyó esta recomendación, amparado en que «no puede negarse una habilitación por la existencia de antecedentes de violación a la normativa».
Ayer, el director general fue ratificado en su puesto tanto por Ibáñez como por funcionarios de la primera línea de gobierno. Argumentaron que «todo se hizo respetando la ley vigente», que no permite la «discrecionalidad» para entregar habilitaciones.
Respecto de la inusual frecuencia en los permisos de baile otorgados a través de la resolución 1010, Ibáñez reconoció que existe, pero negó que estuviera relacionada con una intención de no invertir en medidas de seguridad por parte de los empresarios que regentean los establecimientos.
En ese sentido, aclaró que uno de los lugares denunciados, Modena, situado en Figueroa Alcorta al 2200, «tiene habilitación como local bailable clase C desde mediados de 2009», y admitió que, con anterioridad, pedía autorizaciones bajo la resolución 1010, pero no pudo precisar la cantidad que le había sido concedida.
Sobre Terrazas del Este, informó que desde principios de 2009 «se le pueden haber entregado dos permisos por semana», pero que mientras tanto está tramitando la habilitación como clase C «haciendo toda la inversión correspondiente».
Además, dijo que, según registros oficiales, Belushi está habilitado como café, bar y restaurante y que, «desde hace cuatro meses, se le otorgaron unas 12 autorizaciones para baile».
El jefe de Gabinete porteño, Horacio Rodríguez Larreta, defendió lo actuado por sus funcionarios «en total respeto por la normativa vigente» y sostuvo que, para mejorar el sistema de habilitaciones, debe modificarse por ley el código correspondiente.
En ese sentido, recordó que el Poder Ejecutivo envió en 2008 un proyecto de reforma integral, que incluye la incorporación de las casas de fiestas privadas.
GONZALO RUANOVA
Diputado sabbatellista
Denunció que una normativa para autorizar bailes en forma excepcional se usaría con una frecuencia semanal en algunos establecimientos.
DANIEL AMOROSO
Diputado denarvaista
También sostuvo que, bajo la resolución 1010, funcionan boliches bailables encubiertos, con el objeto de evadir inversión en seguridad.
HORACION RODRIGUEZ LARRETA
Jefe de gobierno porteño
Para mejorar las habilitaciones, pidió a la Legislatura que apruebe una reforma al Código de Habilitaciones que el gobierno envió en 2008.
Por Angeles Castro
Fuente: www.lanacion.com.ar
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