Cambiar la posición tradicional del aislante térmico colocándolo en la parte superior de la cubierta prolonga su vida útil. Características y precios.
En una cubierta plana horizontal el aislante térmico generalmente se coloca entre la losa y el contrapiso de pendiente, dejando las capas superiores expuestas a las intensas variaciones térmicas. Más tarde o más temprano, aparecen fisuras, se filtra humedad y se desprenden baldosas.
Esos problemas tiene origen en el recalentamiento que sufre el techo: cuando toda la superficie está sometida a la intensa radiación solar se producen fuertes contracciones y dilataciones que comprometen el aislamiento hidráulico.
Para prolongar la vida útil de una cubierta existente o de una nueva, la solución es realizar un techo invertido. El aislante térmico se coloca en la parte superior y así protege mejor la aislación hidrófuga y se evita el recalentamiento de la masa de la cubierta. Además, los especialistas aconsejan privilegiar la colocación del aislante las capas más externas (tanto en techos como en paredes) para prevenir los riesgos de condensación superficial que degradaría y afectaría su comportamiento. Del mismo modo, también se aconseja evitar los puentes térmicos.
La solución de techo invertido no requiere de mano de obra especializada. Simplemente se colocan placas de poliestireno expandido (EPS) de 20Kg/m3 de densidad y de 50 a 75 mm de espesor sobre la aislación hidráulica de la cubierta. No es preciso utilizar adhesivos, las placas se apoyan simplemente unas junto a otras. Por encina de ellas, se dispone una membrana geotextil de 80 a 120 gramos que actúa como capa filtrante y evita que crezca eventualmente algún vegetal. Las babetas se resuelven con chapa galvanizada plegada y sellada con silicona.
El sistema resulta aún más eficiente cuando se utilizan placas especiales, fabricadas ad hoc con la cara inferior de apariencia similar a la de una plancha de ravioles. Esas cuñas permiten que el agua de lluvia escurra con mayor facilidad en ambos sentidos y evitan que se formen charcos. En este sistema el material aislante se moja porque está ubicado por sobre la aislación hidrófuga.
Estas placas se fabrican también en un material más aislante que el EPS tradicional compuesto por perlas de poliestireno expandido que contienen pequeñas partículas de grafito (ver notas relacionadas).
Las perlas reflejan la radiación térmica y absorben los rayos infrarrojos, lo que mejora su capacidad aislante en un 20 por ciento respecto al poliestireno expandido convencional (en bajas temperaturas). Según los ensayos realizados en el INTI, las placas Neo Tech tienen una conductividad térmica de 0,032 W/m K, medida a 20°C.
El precio de las placas Neo Tech (de Estisol) para techo invertido es de 47,40 pesos por placa (equivale a un metro cuadrado), en un espesor de 50 mm. La placa de 75 mm cuesta 72,50 pesos y la de 100 mm, 99 pesos. El costo total de un techo invertido transitable (sin la losa de hormigón) se puede estimar en 550 pesos por m2, incluyendo la mano de obra y los materiales. Si no es transitable, se puede esparcir una capa de 8 cm de canto rodado de granulometría pareja.
Por Paula Baldo
Fuente: Clarin Arquitectura
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