TC 2000 vs Ruidos Molestos

De entrada quiero que sepan que respeto y mucho a los amantes del automovilismo deportivo, los competidores, los sponsors y todo lo que rodea a una actividad que en algunas categorías tiene un movimiento popular fantástico y ha sido engendrado desde esfuerzos múltiples en talleres y peñas, llenos de ilusiones y esperanzas.

Con motivo del viaje habitual por el fútbol a Buenos Aires y a raíz de que mi lugar de estadía está sobre Avenida de Mayo, observé atónito la puesta en escena de lo que será una competencia de TC 2000, el próximo fin de semana, por las calles del centro de la Capital.

Desde el taxista que me llevó al hotel hasta Retiro, pasando por el conserje del mismo y los mozos de los bares aledaños, fui sumando información de lo que hace rato se conoce, pero que para mí era novedad.

La estructura a pleno utilizada en el circuito callejero de Santa Fe, fué llevada hasta Buenos Aires para emplazarla en un trazado que afectará lugares históricos, viejas casonas y decenas de hoteles cuando el rugido de los autos comience a ser el protagonista de este hecho insólito.

La ocurrencia que a uno le parece tiene mucho de conveniencias de bolsillo para varios, de movida política para otros y de “mentira popular” como slogan, es desde el arranque un acontecimiento altamente riesgoso e innecesario.

Lo de “mentira popular”, corre por mi cuenta. Que la gente no deba pagar para ver la carrera no es igual en un autódromo con acceso libre a un emplazamiento que bordeará la Catedral en Domingo de Ramos, que pasará por lugares con fachadas que uno cree son “mirame y no me toques” y cuyo ambiente se verá deterioado aunque digan lo contrario de manera lamentable.

Costos seguramente muy altos y un atropello al sector por donde para regocijo de un sector ciertamente tilingo de la Nación, Provincia y Ciudad, pasarán autos con esos motores V8 que han hecho levantar la voz de los ambientalistas y la Comisión Nacional de Museos y de Monumentos y Lugares Históricos.

No habrá quien los escuche.Y hasta se deben sonreir de esos tipos que no entienden el “negocio de los fierros”.

Y el Teatro Colón y tantos otros lugares serán avasallados.

Sólo pido a los más o menos sensibles que lo imaginen.Y va a ser cierto.

Osvaldo Alfredo Wehbe
Fuente: www.cadena3.com
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