«Hace unos meses, en la calle San Juan al 1100, un bar sometió a los habitantes del edificio de calle José Colombres al 300 a una sistemática y desaprensiva agresión sonora, que viola la ordenanza municipal Nº 288/78. Esta norma prohibe los ruidos molestos en horario nocturno.
La agresión comienza los jueves y se extiende hasta los fines de semana. Los ruidos arrancan a la medianoche para concluir a las 4 de la madrugada y consiste en una música violenta, emitida a un volumen tan salvaje que hace vibrar ventanas y puertas.
Sufro el flagelo de la música a alto volumen desde hace un tiempo y considero que nadie tiene derecho a imponer sus costumbres a otra persona, sean estas buenas o malas. Todos podemos denunciar, en virtud de la Ley de Contravenciones Policiales Nº 5140, que castiga con penas de hasta 30 días de arresto o días de multa ‘a los que, en su domicilio, tocasen música a alto volumen, perturbando la tranquilidad de los vecinos’.
La ordenanza municipal, mencionada anteriormente, es aun más extensa y precisa e involucra a la Dirección de Producción, Abastecimiento y Saneamiento Ambiental (Dipsa), que debiera hacerse cargo de una campaña que exprese nuestros derechos al descanso.
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