El sensor se activó hace tres semanas. Un vidrio apareció rajado porque habría cedido el terreno.
En Río Gallegos sonó la alarma. Aparecieron caras de preocupación. Despliegue rápido y urgente. La hora profundizó aún más la incertidumbre: cerca de las 23 de un típico día de febrero. Hace poco más de 20 días, uno de los sensores de seguridad del mausoleo donde descansan los restos del ex presidente, Néstor Kirchner, se activó sin razón alguna pero cuando los efectivos de seguridad y la policía llegaron al lugar se encontraron con el mismo escenario que ya tenían los serenos del lugar: nada. ¿Falsa alarma? Esta información fue confirmada a este diario por cuatro fuentes muy cercanas a la logística del día a día del mausoleo y el cementerio de la capital santacruceña. Ante la activación de la alarma sin razón aparente, comenzaron las investigaciones de rigor sobre el complejo sistema, compuesto por lo último en tecnología de vanguardia para seguridad. Todo funcionó a la perfección. No hubo desperfectos. Además de la alarma, se habría comprobado que uno de los vidrios blindados de la cúpula del mausoleo, traído del exterior, apareció rajado.
Luego de más de diez días de averiguaciones, este diario pudo saber que los sensores que se activaron fueron los del techo . Con esa información, los ingenieros habrían llegado a la conclusión de que se produjeron movimientos estructurales mínimos del edificio. Es la única forma en la cual se podría romper un vidrio de ese tipo, sumado al lugar donde están ubicados los sensores que se activaron. En términos simples: algo generó que la paredes del mausoleo se movieran . Este diario consultó sobre el intrigante tema al empresario Lázaro Báez, encargado de la construcción del mausoleo y hacedor del homenaje al ex presidente. Báez negó de manera rotunda cualquier inconveniente con la estructura y la rotura del vidrio, como así también cualquier posibilidad de error en la planificación arquitectónica. Incluso invitó a cualquier periodista a que ingrese al mausoleo para constatar que todo está en perfecta normalidad.
Según lo que pudo confirmar la periodista riogalleguense Lucía Salinas, ese mínimo movimiento de los cimientos del mausoleo se habría generado porque “el terreno cedió” . ¿Qué significa esto? Que por las dimensiones de la estructura, el terreno no estaría en condiciones de soportar el peso . En términos profesionales de arquitectura y construcción, el terreno del cementerio de Río Gallegos no tendría la suficiente “capacidad portante” : es la que define cuanta es la presión que se puede ejercer sobre el terreno sin que se produzca un fallo por “cortante del suelo” o un “asentamiento diferencial excesivo”. Estas ecuaciones son las que establecen que la cimentación y el suelo no generen un mecanismo de falla que pueda poner en peligro la estabilidad de la obra.
Clarín pudo confirmar que durante la construcción del mausoleo, surgieron problemas por la cantidad de napas de agua que hay en la zona del cementerio de Río Gallegos. Napas de agua que, incluso, demoraron el inicio de las obras. En Austral Construcciones, la constructora que realizó la obra, aceptaron esos problemas iniciales pero negaron cualquier falla actual. Este problema que habría tenido el mausoleo no es el único en Río Gallegos, una ciudad con sólo tres drenajes naturales y emplazada sobre lo que se denomina como “napas altas”.
Esos tres drenajes naturales quedaron situados en zonas relativamente céntricas de la ciudad, lo que está generando trabajos en distintos edificios para evitar problemas estructurales. Luego del episodio de la alarma, miembros de la seguridad que se encarga de la protección del mausoleo confirmaron que se “hicieron distintos trabajos técnicos” pero no especificaron cuáles habrían sido. Desde el cementerio local aseguraron tres cosas puntuales: que los problemas sobre el mausoleo ya fueron resueltos y que fueron mínimos.
Por JUAN CRUZ SANZ
Fuente: www.clarin.com
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