La construcción de un edificio de 18 pisos y el inicio de otro similar en barrio Sur, sobre calle San Jerónimo al 1200 y al 1100, originó un conflicto entre la empresa a cargo de la obra -VG Construcciones- y los vecinos. Según argumentan quienes habitan las viviendas linderas, desde que las torres se pusieron en marcha, las paredes y pisos de sus casas empezaron a registrar serios inconvenientes. Por su parte, la empresa sostiene que “los daños son preexistentes y, en uno de ellos, los vecinos no permitieron la constatación del estado de las casas”. Además, asegura que, en el caso del que ya está terminado, “tiene pilotes fundacionales a 18 metros de profundidad y es independiente de los muros medianeros”
María Laura Crespi vive en San Jerónimo 1213, entre Entre Ríos y Uruguay, y comparte la medianera norte con la edificación terminada, el Celestino IX. Su casa, construida hace cinco años sobre la de sus suegros, muestra un pésimo estado. Crespi no duda en responsabilizar a VG Construcciones por los daños en la vivienda, con quien está en juicio y constan en un expediente en Edificaciones Privadas de la Municipalidad.
“Los problemas empezaron ni bien derribaron la casa que estaba antes y entraron a trabajar. La casa de mi suegro está destruida”, describió la mujer. La impresión que queda al recorrer su vivienda húmeda y agrietada es que en el mediano plazo la planta alta puede correr la misma suerte.
Las paredes del departamento de Crespi están completamente cubiertas de una capa de humedad que las tiñó de gris, marrón y negro, hay ventanas que no cierran y rajaduras de diferentes tamaños cruzan todas las habitaciones en variadas direcciones.
“La empresa está al tanto del estado de mi casa y me dijeron que la iban a arreglar. Hasta ahora sólo le pusieron enduido a una pared”, lamentó la mujer y continuó enumerando daños: “Rompieron la tapa del tanque de agua, el asador, tengo filtraciones, cada vez que llueve me inundo porque el edificio desagua en mi terraza o brota agua por las paredes. Y cayó una ventana del sexto piso del edificio en mi terraza”.
Ante los reclamos de Crespi, VG Construcciones le respondió y luego fueron a la Justicia porque todas las viviendas tienen filtraciones previas al inicio de las obras.
El panorama se repite en dos cuadras del casco histórico de la ciudad. “Mi casa se está hundiendo”, lamentó Martín Dragotta un vecino del terreno que están acondicionando para levantar el Celestino XII, en San Jerónimo al 1137. Afirmado sobre la pared que compartirá con la construcción señaló un importante pozo que quedó bajo la medianera producto de las sucesivas excavaciones que realizó la empresa. “Tengo miedo de que si se debilita la medianera se caiga el muro del norte de la planta alta”, sospechó Dragotta pensando en el riesgo que eso significaría para su familia.
La casa de María Gabriela Vicario está en San Jerónimo 1183, comparte la pared sur con el edificio en construcción y los inconvenientes son los mismos. Además del deterioro, tiene en común con sus vecinos la respuesta que le dio la empresa sobre las causas: filtraciones preexistentes al inicio de los trabajos. Aunque la vivienda fue refaccionada hace 5 años, los azulejos del baño están despegados y hay rajaduras. Vicario también constató los daños en Edificaciones Privadas en noviembre, aunque no todos porque “cada vez que recorro la casa encuentro problemas nuevos”, dijo preocupada.
El abogado de VG Construcciones, Ricardo Rivera, fue el encargado de dar a conocer la explicación de la empresa sobre las denuncias de los vecinos.
Al respecto señaló que la situación de ambos edificios está judicializada. Detalló que “en el caso de la construcción ubicada a la altura del 1.100 (Celestino XII), a las medidas en la justicia las solicitamos nosotros porque los vecinos no permitieron constatar el estado de los inmuebles antes de iniciar las obras. Después de empezar la excavación encontramos filtraciones, humedades y huecos en la tierra por el refulado del sector. Las cañerías de esas casas son vítreas o de barro cocido y están destruidas”. Dijo que como “los daños son preexistentes los vecinos no permitieron la constatación del estado de las casas”.
Sobre los inmuebles vecinos afirmó que “las falencias también son preexistentes a la obra y consisten en malas distribuciones de las cargas, malos cimientos carentes de aislantes y cañerías destruidas y obsoletas”.
Finalmente, el representante legal de “Verdicchio Ghietto Construcciones” afirmó que un inspector de Edificaciones Privadas de la Municipalidad constató las filtraciones de algunos de los inmuebles linderos y “son presumiblemente causadas por una cañería rota, lo que provocó el hundimiento”.
Fuente: www.notife.com
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