Quejas contra un boliche por los ruidos molestos

El funcionamiento de restobares, pubs y discotecas de la Ciudad, frecuente generador de quejas por los ”excesos de la nocturnidad”, sigue dando tela para cortar. En los últimos días, vecinos del barrio aledaño a plaza Brandsen unieron fuerzas para hacer escuchar su pedido de intervención municipal ante lo que describieron como “ruidos molestos”, “peleas callejeras” y “trastornos de todo tipo” vinculados con la presencia de “una pizzería convertida en boliche bailable”.
El local se ubica en la esquina de 26 y 60. Los vecinos, que ya presentaron un petitorio ante la Comuna con decenas de firmas, aseguran que allí “se desarrollan actividades no habilitadas, y no se respetan los topes sonoros, los horarios ni la cantidad de gente habilitada para ingresar”. Además, subrayan que “los coches de quienes asisten tapan los garages a su antojo y las patrullas de Control Urbano brillan por su ausencia”.
“El bar está hace cuatro años, pero en los últimos meses se convirtió en un infierno” resume Edith Berrué: “de miércoles a domingo, descansar es imposible. Ya no sabemos qué hacer para encontrar paz: a la mañana, en el porche de mi casa encuentro de todo, mejor ni describirlo; encima, los empleados son desafiantes, juntan las mesas a los gritos y haciendo sonar los escapes de sus motos… Hace un mes y medio se desató una batalla campal en la vereda, se tiraron con todo lo que tenían a mano y a la mañana siguiente tuvieron que contratar un contenedor para que se llevara los restos”.
“Vivo a 50 metros y me despierto sobresaltada a cualquier hora, siempre y cuando haya logrado conciliar el sueño” agrega Angeles Román: “siempre fue un barrio tranquilo, no es zona para discotecas que cierran a las siete de la mañana y ponen la música a un volumen ensordecedor. Hay familias que estaban alquilando en la zona y no renuevan los contratos porque no soportan más”. Daniel Copercini, otro de los vecinos, sentenció que “infringen la ley permanentemente; si va Control Urbano, cosa que no pasa muy a menudo, bajan la música media hora y listo. Se manejan como quien sabe que tiene impunidad, y no están tan errados, porque hay muchas denuncias de gente distinta y no pasa nada”.
Los frentistas afirman que ya radicaron más de cien denuncias, por teléfono y escritas, ante Control Urbano municipal, la Defensoría del Pueblo y Defensa del Consumidor. “Tenemos entendido que el lugar está habilitado como pizzería para 90 personas, pero meten el triple en una construcción casi centenaria, con sótano y pisos de madera, y sin salida de emergencia” destacó Sebastián Panza, técnico en seguridad e higiene: “en el patio de mi casa medí 65 decibeles, el doble de lo que debería ser. La gente está harta, y por eso habla a pesar de las agresiones y las amenazas”.
En la Comuna señalaron que “el local que mencionan los vecinos ha sido fiscalizado en el marco de los operativos que se desarrollan periódicamente, sancionando las eventuales infracciones a las normas vigentes”.
100. Son las denuncias que aseguran haber realizado los vecinos de 26 y 60. En los últimos días, también se escucharon reclamos por “nocturnidad” en 8 y 526, y en 10 y 40.
Fuente: www.eldia.com.ar
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