En estas horas varios vecinos de Villa Elisa pusieron el grito en el cielo, ante la impotencia de no verse resuelto el asunto de una chimenea, de más de treinta metros de altura, que tras la última tormenta la inclinó de forma muy inconveniente y atentando contra cualquier vida humana en caso de derrumbarse.
Una de las frentistas damnificadas por esta situación, en Avenida Aran y 21, le contó esta tarde a la Red 92: “estoy al pie de una fábrica abandonada, que tiene una chimenea como de 30 metros y está re peligroso, porque está agarrada por unas riendas. Tengo miedo, mirá como hace una vuelta de campana… si hay viento me podría partir la casa”.
Fuente: Diario Hoy
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