Formosa: Frente a masivas quejas, la Comuna reguló los decibeles de la campaña

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Los diferentes partidos políticos de la ciudad ubicaron sus puestos en puntos estratégicos donde realizan proselitismo con potentes parlantes.

Parece un tema menor, pero no lo es. Los ruidos molestos en tiempos de campaña electoral son el vivo reflejo de la intromisión sin autorización en el espacio de los demás, donde muchas veces los ciudadanos están obligados a escuchar algo que no quieren. Ante fuertes quejas de los vecinos e instituciones, Bromatología realizó inspecciones y exhortó a todos los partidos de la ciudad a «bajar la música».

En relación a ese tema, el titular de la Dirección de Bromatología de la Municipalidad, Guillermo Romero, expresó a La Mañana que «es cuestión de sentido común, los decibeles de la música que proviene de los puestos de campaña no deben superar el máximo permitido, y esta medida es para todos los partidos políticos sin distinciones».

Es así que desde ahora, tanto los puestos políticos apostados en el centro como las camionetas que recorren los barrios llevando las propuestas, deberán respetar los horarios permitidos y aplicar el «sentido común» para no molestar a los vecinos.

Las principales quejas de los formoseños residían en algunos procedimientos anticuados en estas campañas, y en muchos casos agresivos e invasivos, que apelaban al altavoz para difundir mensajes que tal vez muchos no tengan interés en escuchar.

«Parece un detalle menor, pero es una muestra acabada de cómo actuamos como sociedad», dijo una maestra de la Escuela Nº 2.

En definitiva, es hacerles escuchar a los ciudadanos aquello que no quieren, que no han elegido.

El término contaminación acústica hace referencia al ruido cuando éste se considera como un contaminante, es decir, un sonido molesto que puede producir efectos fisiológicos y psicológicos nocivos para una persona o grupo de personas.

La lista es interminable: los boliches con la tradición de música estruendosa, los vehículos que por precariedad, o incluso aquellos que lo provocan premeditadamente, comparten sus sonidos desproporcionados que generan placer en algunos y desagrado en otros, construcciones civiles en horarios inadecuados y reparaciones públicas planificadas sin criterio.

Son muchos los factores que producen ruidos molestos. En tiempos de campaña los ojos de los ciudadanos están puestos en la actividad proselitista; lo cierto es que respetando el espacio de los demás, las quejas tendrían fin.

Fuente:  www.lamanana-online.com.ar
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