El peligro en obra: las fallas que acechan

A pesar de las acciones que llevan adelante la Uocra y la SRT, la construcción sigue en zona de riesgo. Los debates por las excavaciones y el rol de la Ciudad.

El derrumbe de un gimnasio en Villa Urquiza a raíz de la excavación en un terreno vecino, en agosto del año pasado, con su saldo de tres muertos y una decena de heridos, tuvo la virtud paradójica de llevar a la agenda pública el problema de los riesgos en la construcción. Pero la problemática no es nueva: de acuerdo a las estadísticas que maneja la Superintendencia de Riesgos del Trabajo (SRT), la construcción es, por su propia naturaleza, una de las actividades laborales que generan más riesgos, tanto a los trabajadores como a terceros.

Sin embargo, el propio titular de la SRT, el médico Juan González Gaviola, asegura que la cantidad de accidentes laborales se redujo progresivamente en los últimos años, sobre todo en términos relativos. Para ponerlo en números, en 2007 la construcción tenía el 13,8% del total de accidentes de trabajo en todas las actividades. En 2010, el 10,5%. Cabe aclarar que estas cifras abarcan hasta accidentes menores, como simples torceduras de tobillo. Según el funcionario, uno de los factores que ayudó a bajar los índices de siniestralidad es el trabajo conjunto entre los distintos actores: autoridades, empresas constructoras y el sindicato de la construcción.

Un caso testigo de esta actitud preventiva es la tarea que lleva a cabo el área de Prevención del Riesgo Laboral de la Unión Obrera de la Construcción (Uocra), con sus tareas de capacitación y su equipo de relevadores que visitan un promedio de 350 obras por mes. “Relevamos la formalidad laboral, las condiciones de trabajo y la seguridad tanto para los trabajadores como los transeúntes”, cuenta uno de sus referentes, el arquitecto Mauro Posada.

Pero, al actuar por fuera de la esfera oficial, no tienen el poder de policía para frenar una obra en caso de que adviertan una irregularidad, y a veces ni siquiera les permiten ingresar. También reciben denuncias de todo el país, tanto en la página web de la Uocra como en la linea telefónica habilitada justamente con ese fin (ver Datos útiles). La Fundación Uocra también lleva adelante un trabajo constante de capacitación en este rubro. Incluso suele visitar las obras con furgones que funcionan como aula móvil, con capacidad para 12 trabajadores.

Generar conciencia

La tragedia del gimnasio desnudó un bache en la normativa de la Ciudad: el control de las demoliciones y excavaciones aún no está contemplado en el protocolo de los Peritos Verificadores de Obras (PVO) que certifican los avances de obra y la concordancia de lo construido con los planos presentados, como así también las condiciones de seguridad sobre la vía pública y para terceros. Sólo ante eventuales denuncias las excavaciones son revisadas por los inspectores de la Dirección General de Fiscalización y Control de Obras (Dgfyco), organismo dependiente del Ministerio de Desarrollo Urbano porteño. Cabe aclarar que el riesgo laboral está bajo la órbita de otro ente: la Dirección de Protección al Trabajo, que depende del Ministerio de Justicia y Seguridad de la CABA.

Desde la perspectiva de la Uocra, Posada afirma que existen falencias de gestión estructural que van más allá de los funcionarios: “Notamos que falta un intercambio fluido de información entre estos organismos, que están distanciados en el organigrama. Si hay una denuncia en la Dgfyco sobre una excavación, los de Protección del Trabajo llegan cuando la obra ya está en otra etapa”.

El arquitecto Mario Boscoboinik, designado al frente de la Dcfyco tras el derrumbe, es realista y sincero: “Vigilar todo lo que se hace en cada obra es tan utópico como tener un agente de tránsito por cada auto que circula en la calle. Creo que la forma de reducir el riesgo es generar conciencia en los profesionales sobre su responsabilidad; en los ciudadanos, para que no hagan obras clandestinas, y habilitar mecanismos de denuncia”.

En este sentido, Boscoboinik asegura que ya planteó la posibilidad de que los equipos de ambos organismos concurran juntos a las inspecciones, como para empezar a compartir espacios. Algo parecido opinan en la SRT y la Uocra, que hace 20 días firmaron un convenio para promover “la cultura de la prevención” en la construcción, e impulsar acciones conjuntas de docencia.