Una nueva generación de cristales controla la radiación solar dejando pasar una alta proporción de luz. Cómo mejorar la eficiencia térmica de las aberturas.
Una nueva familia de cristales de alta prestación permite mejorar el comportamiento de los cerramientos vidriados en el control de la radiación solar aumentando la aislación térmica del conjunto. Se los denomina vidrios de baja emisividad y tienen la capacidad de reflejar en forma selectiva la radiación infrarroja y permitir al mismo tiempo la transmisión de un alto porcentaje de luz.
“Hace 20 años, un vidrio que ofrecía un buen control solar dejaba pasar muy poca luz”, explica Daniel Bergant jefe de ventas de productos especiales de VASA. Es el caso de los vidrios tonalizados, que absorben la radiación solar a costa de oscurecer el ambiente. Otra opción para frenar las ondas solares que generan calor son los cristales reflectivos que, como su nombre lo indica, reflejan la radiación. Pero producen un efecto de espejo que puede ser molesto en fachadas de gran extensión.
Actualmente, el avance de la tecnología permite fabricar cristales incoloros capaces de filtrar el calor sin perder luminosidad, una cualidad muy valorada en los espacios de trabajo.
r. Mientras que un armado con DVH tiene un coeficiende de transmisión térmica K de 2,8 W/(m2 °C), la inclusión de un vidrio de baja emisividad logra incrementar la capacidad aislante llegando a 1,8 W/(m2 °C).
Respecto al estrés que pueden sufrir los vidrios expuestos a sombras parciales, Bergant destaca que el vidrio incoloro previene esa situación porque tiene muy baja absorción. En los paneles exteriores se realiza un proceso de termo endurecimiento para darle mayor resistencia al material.
Antes de armar el DVH, la hoja de vidrio SKN crudo se la somete a una temperatura de 700 °C y luego es enfriado lentamente. Así adquiere el doble de la resistencia que tenía antes del proceso. La diferencia con el templado, es que en este caso el enfriamiento es brusco y la resistencia adquirida se cuadruplica.
Respecto a la conveniencia de utilizar una u otra opción, Bergant explica que el costo de termoendurecer o templar un vidrio es el mismo, aunque la preferencia se inclina hacia el primero porque resulta más parejo: “En el proceso de endurecimiento, el vidrio alcanza en el horno una temperatura cercana a la fluencia y, como está apoyado sobre rodillos pueden quedarle marcas que son más visibles en el templado”, justifica el especialista.
Laminados de seguridad que mejoran el aislamiento acustico
En la nueva sede corporativa de Tarjeta Naranja, actualmente en construcción en el microcentro de la ciudad de Córdoba, el cerramiento exterior estará resuelto con una trama de parasoles. Por detrás, se instalará una piel de vidrio laminado (Lami Vidpia) compuesto por un film de PVB acústico incoloro de mayor espesor que el habitual. Con esa película, además de conseguir un vidrio de seguridad inastillable, se conforma una barrera contra el ruido que, según la empresa cordobesa que lo fabrica (Vidrios Piazze), es capaz de alcanzar valores máximos de aislamiento acústico de 50 dB.
Por: PAULA BALDO
Fuente: Arq Clarin
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