Villa 31: Crecimiento Sin planificación Urbana

Hoy nos preocupa el tema a raíz del brote del covid 19

Nos hace falta conocer un poco de historia cada generación tuvo un poco de culpa

Siguiendo con el tema dedicado al desarrollo del Covid 19 en barrios populares, como Barrio 31; 1-11-14; bajo Flores en CABA y la Villa Itatí en Quilmes, voy a dar una explicación del porqué se llega a esta situación que pudo haberse previsto y evitado a tiempo.

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Haciendo una revisión de las notas ya publicadas el asentamiento de estas llamadas villas entonces data de los años ´30 / ´40 y comienzan a desarrollarse a partir de crisis económicas, migraciones y sobre todo pobreza.

Cuando hablamos de “Crecimiento sin planificación urbana”, estamos incorporando conceptos a los que debemos definir con la mayor precisión posible a los efectos de sostener una base teórica que nos permita avanzar con la certidumbre que necesita un análisis de este tipo.

La planificación es la acción de elaborar y ejecutar un plan científicamente organizado y frecuentemente de gran complejidad y amplitud, para obtener un objetivo concreto.

Planificación Urbana, desarrolla el modelo de la ciudad y lo define; es multidisciplinaria, debe contener los servicios viales, agua potable, cloacas y electricidad como infraestructura básica y estructuras de espacios destinados a servicios de salud pública, educación, seguridad y demás relaciones socioambientales.

Un poco de Historia

Desde mediados del siglo XIX, el crecimiento del país fue tan acelerado que para 1887 Buenos Aires ya era considerado el décimo segundo puerto del mundo. El flamante Puerto Madero, diseñado en 1882 y construido entre 1887 y 1898, pronto quedó obsoleto.

Paralelo a este auge agroexportador, la ciudad de Buenos Aires creció de manera exponencial: entre 1880 y 1910, llegaron a la Argentina cuatro millones de europeos, de los cuales el 60% se radicó en Buenos Aires.

Por aquel entonces ya existían algunas «villas miseria» dentro del ámbito de la Capital Federal, principalmente asentadas al sur de la ciudad (Parque Patricios y Bajo Flores). Se trataba de barrios conocidos como «Las Ranas», «Las Latas» o «La Quema» (porque en ese momento la basura se vaciaba en un lugar para luego ser quemada), donde sus habitantes se caracterizaban por revisar cuidadosamente la basura, con el fin de encontrar algo que les sirviese para su uso o para obtener alguna ganancia con su venta. De allí surgió el nombre de “quemeros” o “cirujas”, apócope de cirujano, por la puntillosidad con que estos sujetos revisaban los desperdicios. ​

Según un estudio realizado en el año 2003 por el arquitecto Jáuregui y su equipo multidisciplinario, a partir de contactos iniciales realizados por el filósofo Luis Lighezzolo de la Secretaria de Acción Social de la Municipalidad, con integrantes del Cuerpo de Delegados. Contó con la colaboración de la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Buenos Aires.

El barrio 31 nace en la segunda mitad de la década de 40, de tres vertientes. Un pequeño y modesto barrio que el gobierno argentino realiza para los inmigrantes europeos (principalmente italianos, barrio Inmigrantes); de un barrio de obreros ferroviarios en Saldias; y también de instalaciones precarias de obreros portuarios.

Por su localización en un área privilegiada de la ciudad, atendida tanto en términos de infraestructura cuanto de transportes, puede desempeñar un importante papel de bisagra entre la comunidad de Villa 31 y la ciudad formal. Puede absorber parte de la demanda por prestadores de servicios en los alrededores, funcionando como un mercado de mano de obra especifico, reciclando antiguos galpones abandonados del ferrocarril localizados en el sector denominado 31Bis.

Crecieron de manera desordenada, sin ningún tipo de control; sin contar con ninguna clase de servicios públicos como luz, cloacas o agua corriente, lo que los convirtió en lugares marginales, de pobreza, germen de enfermedades que se debían ocultar de la vista pública.

Por lo que estos asentamientos crecieron de la mano de obreros de la construcción, peones con algún conocimiento en la materia que, con su jornal, adquirían materiales de construcción básicos para ir levantando sus viviendas sin tomar en cuenta la falta de servicios mínimos indispensables de sanidad ya que esos predios no contaban con ninguno, y ellos solos no podían planificarlos. Sin una política pública y gobiernos que se interesaran, fueron reproduciendo esta forma de vida otros pobladores en otros puntos del país.

Hoy, (2020), nos preocupa el tema a raíz del brote del Covid 19, que se está volviendo imparable entre estas poblaciones hacinadas y sin herramientas para protegerse.

En las proximidades del Ferrocarril Mitre donde está asentado el Barrio 31, se encontraba el Parque Japonés, luego trasladado a Palermo lugar que he frecuentado de chico, donde se desarrollaba una ciudad muy diferente a la que vemos hoy en día, con un crecimiento demográfico notable que imitaba a los países europeos.

Estos barrios que inicialmente se extendían horizontalmente en casillas bajas, fueron creciendo en altura llegando algunos a tener hasta 3, 4 y 5 pisos de altura, las comunicaciones internas se realizan utilizando escaleras de hierro tipo caracol, pero sin ninguna instalación sanitaria, provisión de agua potable, pasillos mínimos para transitar internamente, sin aire ni luz suficiente, pulmón de manzana ni plazoletas o respiraderos naturales.

La situación comenzó a resolverse cuando se inició la urbanización de la villa, aunque aún no tuvo impacto en todo el barrio.

La infraestructura está totalmente colapsada. La edificación vertical, que aleatoriamente se distribuye sin respetar normas urbanísticas ni de edificación alguna, crece en forma exponencial. Las vías de comunicación se encuentran bloqueadas por construcciones ubicadas en sus trazas, lo que dificulta el acceso a los servicios de emergencia. Los tendidos eléctricos siguen eligiendo los espacios aéreos con la probada peligrosidad que esto genera. El tendido eléctrico es causa de constantes accidentes. Los ductos pluvio-cloacales están reducidos a su mínima expresión, provocando inundaciones internas cada vez más severas. Los espacios verdes no existen. La relación espacios construidos / libres arroja un coeficiente que se acerca a un hacinamiento que hace descender la calidad de vida a sus estados más preocupantes. La recolección de basura tiene problemas operativos causados por la inadecuada red vial generando acumulación de ésta con la consabida generación de problemas sanitarios y provocando una dificultad adicional al escurrimiento de aguas pluviales.

Según explicaron fuentes oficiales toda la villa 31 cuenta con cloacas y agua potable (en total son alrededor de 11.000 hogares), pero muchas familias, viven en zonas que son las más afectadas cuando aparecen los problemas en el suministro como ocurrió semanas atrás cuando hubo una falla en la planta potabilizadora General San Martín, de AYSA. Esos desperfectos provocan depresión en la red de gran parte de la ciudad, pero tienen un mayor impacto en la villa 31.

Cuando surge un desperfecto en una planta o una rotura de un caño se reduce a entre 5 y 7 metros de columna de presión lo que afecta el suministro en 500 o 600 casas, de acuerdo con la gravedad del desperfecto.

El crecimiento de los barrios es tan acelerado debido a los problemas económicos que sufre el país, en contraposición con la lentitud con que se realizan los trabajos planeados desde hace muchos años, por lo que no se llegan a concretar las mejoras para los habitantes.

La densidad poblacional es de 85.171 hab/km2, cifra muy superior a 14.973 hab/km2 promedio de la ciudad de Buenos Aires. La distribución dentro de la villa. Densidad de población. Censo 2010 nos indica la concentración mayor en la villa 31 bis y en las cercanías con la traza de la autopista.

El porcentaje de población respecto al total de las villas y/o asentamientos en la ciudad alcanza al 11.3 %. En los últimos 10 años el crecimiento de las dos villas (Villa 31 / 31Bis ) superó el 120%, estimándose la incorporación de más de 2000 personas por año.

Quienes estudiamos Arquitectura y Planificación urbana debimos realizar trabajos prácticos para la facultad, hicimos visitas y recorridos en casi todos estos barrios, a fin de presentar proyectos para mejorar las condiciones de vida, ya que sabíamos que en cualquier momento se podía producir un estallido de la población, una epidemia derivada de la falta de condiciones de salubridad y de habitabilidad que podían resultar fatales. Pero estos proyectos que presentamos en la Universidad nunca se evaluaron ni se llevaron adelante por lo que no se pudo trabajar en la prevención a través de acciones mancomunadas de profesionales de distintas áreas como desarrollo urbano, salud, ambientalistas, ciencias sociales para poder dotar a estos pobladores de condiciones dignas de vida.

El estudio antes mencionado contemplaba una Lectura Macro (Inserción Urbana) considerando la relación con la ciudad y el entorno en términos de accesibilidad, infraestructura, características paisajístico-ambientales, generación de empleo y renta, de esparcimiento, tratamiento de vacíos existentes, nuevas conectividades necesarias, la creación de una nueva imagen del área y la definición de nuevas centralidades.

Y una Lectura de las Condiciones Locales, incluyendo la estructura interna existente, sus diferentes centralidades, el nivel de organización de los habitantes, la especificidad de la mano de obra local, las condiciones de circulación, las áreas libres, las áreas verdes, las características de las edificaciones y de los usos; las condiciones infraestructurales (áreas sujetas a inundaciones, red de saneamiento y de abastecimiento de agua), el tratamiento de la basura y las adecuabilidades para nuevos usos.

Como conclusión de los análisis, de la elaboración del esquema de lectura de la estructura del lugar y de la escucha de las demandas, fue definido el Plan de Estructuración Urbanístico y Social para Villa 31, que nunca se llevó a cabo totalmente.

El espacio geográfico tenía un rol logístico para el país. El concepto de transporte multimodal que se ha impuesto en el mundo encuentra aquí un escollo difícil de salvar. La transferencia entre el nodo ferroviario, el carretero y el puerto se dificulta ya sea en su operación actual como en su proyección futura.

El proyecto Puerto Madero ya fue obsoleto desde su creación dejando de lado la concepción más moderna del Ing. Luis Huergo. No obstante, algunos siguen viendo la transformación del puerto en un polo inmobiliario de alto valor.

El uso del suelo es potestad del Estado, si éste no lo controla, los privados y los pobres lucharan entre sí con reglas no establecidas. Los dos caminos que se plantean desde un comienzo cada vez son más difíciles de aplicar. La “erradicación” de la villa 31 ya no es ni políticamente posible ni fácticamente practicable.

La “urbanización” se va dificultando en forma proporcional al tiempo que transcurre debido esencialmente al problema planteado por el crecimiento sin planificación. Las dificultades que he expuesto presentan las vías de circulación, el tendido eléctrico, la recolección de residuos, el sistema pluvio-cloacal, establecimientos educacionales y de salud; van incrementando el caos funcional que día tras día genera un deterioro en la calidad de vida se sus habitantes.

Por lo que de nada servirá que se utilicen barbijos, máscaras o alcohol en gel si no se provee a estos lugares de servicios básicos y si no se replantea la reubicación de aquellas personas posiblemente infectadas en predios acondicionados para tal fin hasta tanto se puedan concretar las urbanizaciones tantas veces utilizadas y que nunca llegan en campañas políticas.

Definición de cuarentena

A la separación y restricción de movimientos de personas que estuvieron expuestas a una enfermedad infecciosa, pero que no tienen síntomas, para observar si desarrollan la enfermedad.

Definición de aislamiento

La separación de personas que padecen una enfermedad contagiosa, de aquellas que están sanas. Ambas medidas son estrategias de salud pública que tienen como objetivo prevenir la propagación de enfermedades contagiosas.

Con tantos años de crecimiento poblacional, totalmente desorganizado, sin que se respeten las mínimas reglas ambientales, nadie ni aunque sea un mesías,  va a poder sanear las condiciones habitacionales desesperantes de estas poblaciones,  donde nunca se han respetado las mínimas reglas con que cuentan aquellos barrios que aunque de bajos recursos viven con las condiciones mínimas de sanidad para poder hacer una cuarentena o aislamiento para preservarnos con vida.

Culpar a alguien por la muerte de un infectado o varios o miles, sea por una peste, infección masiva o pandemia es un hipócrita.

Arqto. Teodoro Rubén Potaz

Referencias:
– http://www.jauregui.arq.br/villa31.html
– http://geousal.usal.edu.ar/archivos/geousal/docs/ad_villa_31_urbanizacion_sin_planificacion_-r.corti.pdf