Vecinos pidieron la clausura del local Rabioso, en Rivera y Bustamante; IMM les pidió bajar la música
Los ruidos molestos ocasionados por boliches nocturnos generan 50 denuncias al mes de vecinos que no pueden descansar. Desde hace algunos meses, la comisión de vecinos de la calle Pedro Bustamante, en Buceo, pide la clausura del local bailable Rabioso, debido a ruidos molestos.
Luego de varias inspecciones que confirmaron el volumen inadecuado de la música, el Servicio de Instalaciones Mecánicas y Eléctricas (SIME) de la Intendencia Municipal de Montevideo (IMM) realizó un informe que determinaba que el boliche no estaba acondicionado para funcionar con música en vivo, ni como discoteca. La solución de la IMM fue que el local continuara funcionando con un volumen más bajo.
Según una resolución del director de Inspección General de la IMM, Jorge Alberti, Rabioso debía cerrar sus puertas debido al resultado del informe de SIME, organismo que se encarga de asegurar que las instalaciones del local sean apropiadas para el funcionamiento.
Además, la Intendencia también había constatado que la discoteca no contaba con suficientes permisos para funcionar. Días más tarde, una nueva resolución aseguró la reapertura del local, bajo la condición de funcionar a un volumen de música más bajo, y con el monitoreo constante de SIME.
Integrantes de la comisión de vecinos de Pedro Bustamante dijeron a El Observador que el problema no se ha solucionado. Aseguraron que hay habitaciones de sus casas que no pueden usar debido al nivel de ruido.
Consultado sobre este tema, el defensor del vecino Fernando Rodríguez afirmó que Rabioso no tiene las habilitaciones finales de la Intendencia. “Tienen trámites en curso. Se le está habilitando permisos mes a mes cuando todos los informes dan mal. Nosotros cuestionamos mucho esa medida. El local no está en condiciones de funcionar. Las normas de contaminación acústica las incumplieron todas. No puede funcionar con música en vivo ni como discoteca”, aseguró.
El defensor del vecino también indicó que realizó una recomendación a la IMM para prohibir el funcionamiento del local bailable hasta que, por lo menos, las pruebas acústicas sean positivas. “Hasta que la empresa no muestre que no va a vulnerar derechos de los vecinos, que no funcione”, manifestó.
Sin embargo, según informó Alberti a El Observador, las habilitaciones provisorias permiten el funcionamiento de los locales. “Tengo bien claro el tema. Es un lugar que tuvo constantemente denuncias de los vecinos por ruidos molestos. Hay que admitir que a los ciudadanos se les complica. Pero los permisos los tienen en trámite y eso les permite funcionar”, afirmó.
El jerarca agregó que la discoteca “está cumpliendo con la normativa municipal y SIME está monitoreando que no se pase del volumen de música permitido”.
La comisión de vecinos se reunió con el secretario general de la IMM, Ricardo Prato, el director de Desarrollo Ambiental, Juan Canessa y con Alberti, y según dijeron, les confirmaron que los monitoreos se realizaron en todos los casos antes de las 2 de la mañana. Ellos aseguran que los excesos empiezan a partir de esa hora.
El director municipal de Espectáculos Públicos (EEPP), Jorge Kozulich explicó a El Observador que la medida que se tomó con Rabioso “fue la misma que se tomó en los locales bailables de Ciudad Vieja: fijar la fuente para que no moleste a los vecinos”.
Asimismo, el director de EEPP admitió que Wazzup, ubicado en Rivera y Pedro Bustamante, también fue motivo de denuncias por ruidos molestos. En ese caso, la empresa no reguló su situación, y la IMM prohibió el uso de música en el local.
Cuando los ruidos por música en vivo o por discoteca superan los 39 decibeles en los alrededores, como sucede en la casa de los vecinos cercanos a locales bailables, se considera ruido molesto. Esto es siempre y cuando el sonido no sea del ambiente, como lo son los ruidos de la calle, de autos, o de gente. En este último caso, el problema es competencia de la policía y no de la Intendencia. Pero se admitió que la policía “no tiene la capacidad de efectivos para evacuar el local”.
“Los vecinos también se quejan de casos como El Farolito (en Bulevar Artigas al lado de Facultad de Arquitectura) o Living (Paullier y Hugo Prato), pero eso no es mi competencia porque son por el ruido de la gente que está en la vereda”, agregó Kozulich.
Por su parte, el alcalde del Municipio CH, Luis Luján, dijo a El Observador que los ruidos molestos son motivo de denuncia de varios vecinos. “Este tema de los ruidos es un problema que tenemos en todo el municipio. Es un lugar de mucha gente y poco espacio. Cualquier centro nocturno genera problemas”, afirmó.
Fuente: El Observador
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