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Se restableció el servicio de gas y las familias evacuadas pudieron volver a sus casas después del mediodía; Macri visitó la obra

Sólo ayer, después del mediodía, los vecinos de la calle Sinclair que tuvieron que abandonar sus casas tras el desmoronamiento frente al pozo de una obra en construcción, pudieron regresar a sus hogares.

Es que, en medio de la tormenta y tras la caída de la vereda y de parte de la calzada, la rotura de un caño de gas había obligado a evacuar la cuadra y a cortar el suministro de la red domiciliaria.

Ante la emergencia, algunos pasaron la noche en casa de familiares. Otros fueron alojados en hoteles por el gobierno de la ciudad. Ayer, mientras de producía el lento regreso a casa, aún perduraba el temor y los recuerdos de lo ocurrido en la cuadra de Sinclair, entre Cerviño y Demaría.

«Parecía que se estaba abriendo la tierra. Fue terrible», contó Alda, quien vive justo enfrente de la obra.

Como consecuencia del desmoronamiento, una vivienda lindera y muy antigua fue afectada y se temía que la estructura no resistiera.

Alda contó que debió hospedarse en la casa de su hija, a pocas cuadras de allí. «Pasé la noche intranquila y recién pude volver a casa ayer a la tarde. La mujer dijo que el viernes había notado que «algo raro» ocurría en la obra en construcción.

«Me asomé a la ventana y vi que un par de obreros estaban tratando de tapar una especie de grieta con baldes llenos de cemento. Ahora pienso que el derrumbe podría haberse evitado», dijo.

Sol, otra de las vecinas, contó que estaba cenando con su familia cuando comenzaron a sentir sirenas y ruidos que los inquietaron. Fue allí cuando decidieron asomarse al balcón y se encontraron con la triste realidad.

«El piso estaba hundido y el olor a gas era muy fuerte. Enseguida tocó el timbre el portero y nos pidió que desalojáramos el edificio porque había habido un derrumbe. Armamos un bolso lo más rápido que pudimos y nos fuimos a lo de unos amigos», contó junto a su marido, quien aseguró que alrededor de las 19.30 algunos hombres con casco inspeccionaban un caño de la obra en construcción y parecían muy preocupados.

Sergio, que vive desde hace un año y medio en Sinclair 3026, fue otros de los que debió abandonar su hogar, pero al no tener a dónde ir, pasó la noche junto a otras familias en un hotel de la calle Oro que fue subvencionado por el gobierno.

«Como nos dijeron que en tres horas iba a estar todo resuelto y no fue así, nos quejamos y nos dieron hospedaje», dijo el treintañero, sorprendido por el desmoronamiento.

«Nadie imaginó que iba a suceder esto. A todos nos llamaba la atención la profundidad que tenía el pozo, pero nunca se nos pasó por la cabeza que podría haber un derrumbe».

Durante la mañana de ayer, el jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri, recorrió con efectivos de la Guardia Urbana y Defensa Civil la zona del hundimiento, que se produjo en medio de la copiosa lluvia y en donde se estaba construyendo un edificio con cocheras subterráneas.

«La empresa debe trabajar rápidamente para que se puedan restablecer la vereda y la calle, y dar seguridad a la construcción», según un comunicado difundido por el gobierno porteño.

Macri, que es ingeniero civil de profesión, analizó con los funcionarios, bomberos y técnicos de gas la situación de la calle Sinclair, donde el tránsito permaneció cortado durante todo el día. Según el comunicado, anteanoche se restableció el servicio de gas y de agua, que había quedado interrumpido por el desmoronamiento, sin embargo, la mayoría de los vecinos aseguraron que recién pudieron regresar a sus hogares durante el mediodía.

En tanto, desde la Dirección de Fiscalización y Control del Gobierno de la Ciudad informaron que la obra de Sinclair 3056/72 tenía estado de trámite registrado para demolición total y obra nueva con el número de expediente 309759/11.

También se pudo saber que el arquitecto a cargo de la construcción es César Felipe Tiscornia y que la obra fue inspeccionada por el gobierno en ocho oportunidades desde el 26 de diciembre de 2011.

Cabe aclarar que la última inspección la realizó la Dirección de Fiscalización y control de Obras el 3 de agosto último y el informe del profesional señaló que «no presentaba ningún tipo de anomalía».

Los peritos especialistas señalaron que «la presión del agua de la lluvia empujó el muro de hormigón de submuración, arrastrando la vereda en su caída y dañando a su vez los caños de agua y gas que estaban debajo de la vereda«.

Luego del incidente, muchos fueron los vecinos que se quedaron alarmados por lo sucedido y preocupados porque los derrumbes son cada vez más habituales.

«Me voy a oponer rotundamente a que se siga construyendo acá enfrente. En breve comenzaré a juntar firmas entre los vecinos, lo que ocurrió es muy serio y no podemos permitir que vuelva a repetirse«, dijo con convicción Lila Páiz, quien asegura que muchos fueron los que le comentaron que acercarse a la obra y ver la profundidad de la excavación les daba vértigo.

EL CONSORCIO ES RESPONSABLE

El jefe de la Agencia Gubernamental del Control porteño, Javier Ibáñez, repitió ayer que «la responsabilidad» sobre la marquesina que cayó en la zona del barrio de Tribunales, que provocó la muerte de un abogado de 33 años, «por ley, es del consorcio».

Ibáñez explicó que lo que se desprendió anteayer en Lavalle 1578, donde funciona la sede de la Obra Social del Personal de Sociedad de Autores y Afines (Ospesa), fue «la losa que estaba revestida por una cartelera«.

El funcionario reiteró que la marquesina estaba «certificada en marzo de este año por un profesional contratado por el consorcio para hacer un relevamiento de su edificio«. «Según el informe técnico del arquitecto, todo los elementos salientes de ese edificio estaban en buenas condiciones. Certificó que estaba en buenas condiciones hasta 2018», destacó Ibáñez, en diálogo con radio Mitre.

El funcionario expresó: «A pesar del informe del profesional, por algún tipo de cuestiones, se fracturó la losa que provoca el accidente«.

Ibáñez aseveró que el control que hace el gobierno porteño es «el documental que presenta el profesional, porque eso es lo que dice la ley».

En el accidente, falleció Octavio Pérez Galimberti, de 33 años. Se le cayó la marquesina, cuando buscó refugió debajo del cartel publicitario para protegerse de la lluvia intensa que caía sobre la ciudad.

Por Julieta Paci
Fuente: www.lanacion.com.ar
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3 Comments

  1. […] En agosto, un joven murió cuando se desplomó encima suyo una marquesina en la zona de los tribunales porteños, en el barrio de San Nicolás. Esa misma noche, una vereda cedió y cayó sobre unas cocheras subterráneas en construcción. […]

  2. […] continuó Miglino, “los derrumbes y las tragedias no ocurren por la lluvia, ni los pozos surgen de la nada. Las obras son autorizadas por el Gobierno de Macri, quien asume la responsabilidad por esa […]

  3. […] La norma establece que son los propietarios y el profesional que certifica los responsables ante la … […]

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