Los afters llegan a los barrios de Córdoba

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A casi cinco años de la prohibición de los afters hours, la Municipalidad no puede terminar de erradicarlos. ¿La novedad? Ahora se mudan a los barrios.
La costumbre de salir de bailar y seguir en algún after hours parece no tener fin. Y es que, pese a que estos locales están prohibidos por ordenanza desde fines de 2009, siguen abriendo al público cada fin de semana.
La única diferencia respecto la época pre-prohibición es que hoy la movida se tornó más clandestina, llegando incluso a la periferia de la ciudad. No tienen carteles ni vidrieras y muchos funcionan en locales semiocultos, hasta en casas de familia. “No diría que los afters se marginalizaron, pero sí que llegaron a los barrios”, le confirmó a Día a Día José Fernández, secretario de Control y Fiscalización de la comuna capitalina.
“En algún momento de la gestión llegamos a tener más de 60 after hours funcionando; obvio no abrían de forma simultánea todos los findes”, graficó el funcionario y detalló algunas de las barriadas donde suelen aparecer estos “emprendimientos nocturnos”: Yofre, Güemes, Urquiza, Colón, Villa Belgrano, y por supuesto la zona de la Recta Martinoli, Nueva Córdoba y el Abasto.
Fernández destacó que ese número bajó sensiblemente gracias a los controles municipales. “La situación va mejorando. Hoy, si los inspectores del municipio no actuarán, tendríamos entre 8 y 10 de estos afters por finde en toda la ciudad”, indicó Fernández, tras reconocer que la cantidad de locales también disminuyó por la situación económica, que encarece las salidas extendidas de los “usuarios” más bolicheros.
Modus operandi. Una particularidad del “fenómeno after” es que los responsables no son reincidentes. Es decir, cuando un local es clausurado por la Municipalidad, su dueño raramente vuelve a abrir otro. Por eso, la principal forma de detectarlos para los inspectores es a través de la denuncia de vecinos por ruidos molestos, o bien “detectándolos” funcionando infraganti.
“La Municipalidad tiene entre 6 y 8 móviles que recorren la noche de la ciudad. Van acompañados por policías. Cuando en plena ronda observan un movimiento extraño y ya son más de las 5 de la mañana, actúan”, aclara Fernández.
Si bien la mayoría de los afters convencionales funcionan desde las 5, hay algunos que arrancan a las 4. Son los “afters cuarteteros”, orientados al público de los bailes. “La mayoría funciona hasta las 7.30 de la mañana, aunque hemos tenido casos de locales que clausuramos y luego volvieron a abrir”, relató la autoridad comunal.
Tema de charla. Hace 15 días, intendentes y funcionarios provinciales se reunieron para consensuar un horario de cierre de boliches y aunar acciones respecto a los afters. Esta semana volverían a reunirse.
Tendencia boliche-after. Más allá de los reductos “clandestinos” que abren exclusivamente a las 5 para los parranderos que salen de bailar, existe otro fenómeno relativamente nuevo. Hablamos de los “boliches afters”, locales habilitados que funcionan toda la noche como disco, pero a las 5 de la mañana cierran sus puertas para seguir funcionando como afters… ¡con la gente adentro!
En Nueva Córdoba, a los vecinos la tendencia les consta finde a finde: los vidrios de departamentos no dejan de vibrar por la música alta, al menos hasta las 6 de la mañana. “Hemos constatado estos casos no sólo en Nueva Córdoba sino incluso en el sector del Chateau. Ya hicimos varias multas”, indicó Fernández.
Siguen. Duros de cerrar. Hace casi 5 años se prohibieron los afters. Pero el negocio sigue y es cada vez más difícil de controlar
Fuente: www.diaadia.com.ar
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