Las principales calles y avenidas del centro de la ciudad de Córdoba registran un ruido constante durante el día de 75 decibeles, 20 decibeles por encima de lo admitido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y 15 más de lo permitido por la ordenanza 8.167. Por la noche, las mediciones detectaron ruido constante de 70 decibeles en esos mismos lugares.
Los resultados se desprenden de una investigación interdisciplinaria sobre la contaminación sonora y mapas de ruido elaborado por un equipo del Centro de Investigación y Transferencia en Acústica (Cintra) de la Facultad Regional Córdoba de la Universidad Tecnológica Nacional.
El trabajo demandó unos tres años, y elaboró un mapa del ruido del área central con mediciones objetivas, a lo que sumó una serie de encuestas para analizar el impacto en los habitantes del sector.
El mapa del Cintra muestra que en las principales arterias del Centro como Colón/Olmos, Vélez Sársfield/General Paz, Chacabuco/Maipú, Sarmiento/Humberto Primo y San Jerónimo/27 de Abril se registró un ruido constante de 75 decibeles durante el día (de 8 a 80).
Según explicó el ingeniero Jorge Pérez Villalobo, del Cintra, es equivalente a escuchar constantemente una aspiradora funcionando a un metro de distancia. En el resto de las calles céntricas –a excepción de las peatonales– los ruidos superan los 65 decibeles. “En todos lados se superan los 55 decibeles, que son los considerados como tolerables por OMS”, agregó Pérez Villalobo.
No obstante, hubo registros máximos de 94 decibeles en Illia 46, de 93,6 en Chacabuco al 360, de 93 en Humberto Primero 147, de 103,4 decibeles en Alvear 448 y de 104,6 en Jujuy 63. Para tener una idea, una bocina de colectivo a tres metros de distancia tiene una marca de 100 decibeles.
Hay que aclarar que los valores máximos no son los más altos registrados; el máximo es un equivalente al 70 por ciento del valor pico.
En las mediciones nocturnas, las arterias principales arrojaron un ruido constante de 70 decibeles mientras que en las secundarias fue de 60 decibeles. Las mediciones máximas en calle Tucumán 351 alcanzó los 92,7 decibeles, en Jujuy 440 los 92,4 decibeles, y en Catamarca 245 los 95,8.
“Hay diferencias en avenida Colón de apenas tres decibeles entre la noche y el día. Uno, si vive en esa avenida, no puede esperar que la situación mejore mucho a la noche”, sostuvo Pablo Kogan, investigador del Cintra.
Estos resultados demuestran que no se cumple la ordenanza 8.167 de ruidos excesivos, que establece para el Centro un ruido ambiente de 60 decibeles durante el día y de 50 decibeles para la noche.
Infernal. Los investigadores explicaron que en los ruidos no se atenúan demasiado por más que se viva en un edificio alto. “Sobre edificios por ejemplo ubicados en la zona del Patio Olmos, hay mediciones que dan 75 decibeles y no se van atenuando con la altura, porque hay mucha reflexión”, explicó Pérez Villalobo.
Esto se explica por el efecto que tienen las diferencias de temperatura en el ambiente sobre la propagación de los rayos sonoros. “Los rayos sonoros se curvan hacia arriba o hacia abajo dependiendo de la diferencia de temperatura entre el suelo y el aire. Durante la noche, generalmente los rayos sonoros van hacia arriba, porque la temperatura del suelo es más caliente que la del aire. Por la noche, el ruido se siente a mayor altura”, detalló el investigador.
El trabajo del Cintra también cuenta con un componente subjetivo, que se obtuvo con un cuestionario que respondieron 310 residentes de la zona. Los resultados indicaron el porcentaje acumulado en las tres primeras categorías (siempre, casi siempre y algunas veces) muestra que alrededor del 90 por ciento de las personas se sienten molestas por el ruido producido en la calle, más del 60 por ciento tienen problemas para conciliar el sueño, alrededor del 70 por ciento se despiertan y al 80 por ciento le provoca interferencia en la concentración.
“Se afecta la calidad de vida. El residente se tiene que estar continuamente protegiendo, se siente molesto, y eleva la voz. En cuanto a la salud, habría que hacer un estudio epidemiológico para ver hasta qué punto está afectando la salud”, sostuvo Ana Verzini, otra de las investigadoras del Cintra.
Sobre los efectos de la salud, la exposición prolongada a esos niveles sonoros puede provocar trauma acústico crónico (ver Exposición …).
Lo que suma más preocupación a esta situación, son las actitudes que toman los vecinos para contrarrestar los efectos del ruido externo.
La encuesta arrojó –si se suman las categorías “siempre”, “casi siempre” o “algunas veces”– que en el 90 por ciento de los casos se eleva la voz, se sube el volumen de la radio o del televisor y se cierran las ventanas.
Eso implica que se termina sumando más ruido para tapar el ruido de fondo.
Sobre el origen de los ruidos, el 38 por ciento de los entrevistados sostuvo que proviene del tránsito, el 21 por ciento relacionado a actividades lúdicas y el 13 por ciento de manifestaciones.
Nombre. Investigación Interdisciplinaria sobre la contaminación sonora en la ciudad de Córdoba y mapas de ruido.
Equipo. Ana Verzini, Mario Serra, Aldo Ortiz Skarp, Yanina Petiti, Crhistian Henin, Duilio Maza, Jorge Pérez Villalobo y Jorge Lorenzo.
Fuente: www.lavoz.com.ar
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