Es común que los adolescentes escuchen música a muy alto volumen y que pasen gran parte de su tiempo con los auriculares en sus oídos. También es común que los adultos les pidan «que paren con la música» y ellos no hagan caso. Ahora un estudio reveló que el 30 por ciento de los adolescentes sufrirá problemas auditivos durante su adultez. Ahora ¿Bajarán la música?
Hay tres factores esenciales que contribuyen a los problemas auditivos: la contaminación sonora de la ciudad, las nuevas tecnologías para la reproducción de sonido y el acceso cada vez a más temprana edad de dichos dispositivos.
Si bien éste problema afecta a todas las franjas etáreas, los más vulnerables hoy por hoy son los adolescentes y pre adolescentes. Los expertos afirman que el 30 por ciento de éstos jóvenes, es decir 3 millones de chicos, sufrirá problemas auditivos.
«Un gran número de personas tiene pérdida auditiva por exposición al ruido. Las sociedades de nuestro tiempo son productoras de sonidos y ruidos que tienen una variedad, intensidad y perdurabilidad que constituyen una forma de contaminación física por sus efectos: la contaminación auditiva«, dijo a un matutino la doctora Graciela González Franco, miembro de la Asociación Argentina de Otorrinolaringología y Fonoaudiología Pediátrica.
El «ruido» no sólo afecta al oído: «Interfiere en la comunicación, en el aprendizaje, en la concentración y en el descanso. La denominada contaminación auditiva produce acúfenos (silbidos persistentes), ansiedad, taquicardia y aumento del colesterol. Además, constituye un factor de riesgo de accidentes, bajo rendimiento intelectual y estrés».
«El problema fundamental, a mi entender, es que día a día nos vamos acostumbrando a niveles superiores de ruido. Cada vez se habla con más intensidad, cada vez hay más ruido ambiente en las zonas urbanizadas. Hasta en las fiestas infantiles el ruido resulta intolerable. Cada vez más adolescentes concurren a la consulta por problemas auditivos, y aunque parezca mentira, a veces llegan y no quieren quitarse los auriculares», explica la doctora.
A continuación, la cantidad de decibeles que producen los hechos cotidianos, para que veas y compruebes por vos mismo que tan expuesto estás a los ruidos:
140 dB: Es la medida del umbral de dolor en los oídos.
130 dB: El ruido que genera el despegue de un avión.
120 dB: Las turbinas de un avión en marcha.
110 dB: El ruido que puede generar un acto cívico multitudinario.
100 dB: El sonido de una perforadora eléctrica.
90 dB: El ruido del tráfico en una esquina céntrica congestionada.
80 dB: Pasa un tren.
70 dB: Una aspiradora.
50/60 dB: El nivel de ruido que produce una moderada aglomeración de gente.
40 dB: Una conversación.
20 dB: El ruido ambiente habitual en una biblioteca.
10 dB: El que produce una respiración tranquila.
0 dB: El umbral de audición.
Fuente: www.diarioveloz.com
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