Cartas de los lectores – Ruidos molestos
Se quejan por las alarmas
06/08/2014Quejas por ruido "ensordecedor": apuntan a la Destilería
08/08/2014La que suscribe y vecinos de la zona adherimos al reclamo de Rosa Drinot del 24 de junio pasado, respecto de los ruidos molestos y la contaminación sonora. También sugerimos que el señor Macri y los colaboradores que están en el tema inviten a las murgas a tocar frente a sus casas y taladren sus oídos durante horas y horas, como lo hacen en parque Rivadavia. El elevado volumen y las vibraciones perjudican la salud de los habitantes de la zona (y también de los animales), y atentan contra su trabajo, su descanso (especialmente los enfermos) y esparcimiento.
De nada sirve hablar de Buenos Aires verde, de contaminación sonora, si no se pone en práctica lo que se dice. De lo contrario, es pura cháchara electoral.
Graciela Terzipassian
DNI 6.513.249
Fuente: La Nacion
Link: Ver Nota
3 Comments
en san miguel, no se precisar bien el lugar, en la calle las delicias y la calle blanco encalada, allí se puede sentir el ruido desde mi casa, yo estaría a unas 15-20 cuadras y todos los días del año se escucha a una murga y sus dichosos bombos, típico de aquellos sin cultura y sin ocupación sino solo la de romper la paz con sus ruidos molestos, en realidad no entiendo como lo soportan los vecinos, talvez se quejan pero sus quejas van a parar al cajón de los olvidos como todo en la argentina
Hola Osvaldo, es un tema de frecuentes quejas el de las murgas, hay organizaciones que trabajan en este tema a fin de solucionar el problema que originan los ruidos.
Saludos, Team de Acústica Legal
El señor macri, como el resto de los políticos, teme a la impopularidad que tomar medidas contra estos grupos pudiera producirle.
Otros políticos, los del bando opuesto, viven en una nube de metano, y piensan que el derecho de estos grupos está por encima del derecho general.
Parece ser que cuando los formaban, esa frase tan importante, y que debiera ser omnipresente, no llegó nunca a sus oidos,
«los derechos cada uno, terminan donde comienzan los de los demás»