Se busca agilizar la represión a las violaciones a los límites de ruido ambiente en la ciudad de Corrientes. En más no habrá apercimiento a un infractor sino directamente la denuncia penal por desobediencia.
Ante el récord de denuncias que en 2013 llegó a 11680 y los gravísimos problemas de salud que generan los ruidos molestos, la actual gestión municipal resolvió capacitar a sus inspectores para mejorar el procedimiento y volverlo más efectivo.
La capacitación estuvo a cargo del licenciado Jorge Echeverz, quien es coordinador general de la Asociación Unidos por el Silencio y contó con la presencia del director de Saneamiento Ambiental y Bromatología Carlos Cánepa y el jefe del Departamento Inspecciones Herminio Valdez.
La nueva consigna impulsada por la Secretaría de Ambiente es que el inspector concurra al lugar en el menor tiempo posible, y en el caso de los domicilios particulares, al constatar la violación de una ordenanza por exceso de ruido o música en vivo, realice directamente un acta de infracción y ordene el cese inmediato.
Si el agresor acústico no obedece, el agente de la Comuna deberá dirigirse a la Comisaría de la Jurisdicción, hablar con el oficial a cargo y efectuar una denuncia penal por el delito de desobediencia a un funcionario público (artículo 239 del Código Penal).
En la denuncia explicará brevemente el hecho, y pedirá la intervención policial para hacer cesar los efectos del delito. Luego acompañará a la Policía hasta que concluya el procedimiento.
En locales bailables la actuación será similar, con la diferencia que la falta de permiso o habilitación también dará lugar a la clausura.
La diferencia con la metodología anterior radica fundamentalmente en que se elimina el apercibimiento al comprobar la violación de la norma jurídica y se agrega la denuncia penal en caso de desobediencia. Con esto se busca fortalecer la autoridad del funcionario municipal y solucionar el problema.
Sanción a sonidistas
En el curso, el personal municipal pidió que se aplique el artículo 30 del Código de Nocturnidad y se sancione a los sonidistas, a quienes señalaron como uno de los principales responsables del crecimiento de la violencia acústica en la ciudad.
Explicaron que muchas veces deben dirigirse a salones de fiestas por denuncias de vecinos y quienes lo alquilan piden a los disc jockey que bajen el volumen, pero éstos no hacen caso o lo hacen e inmediatamente vuelven a subirlo, ocasionando numerosos conflictos.
Fuente: www.momarandu.com
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