La justicia federal ordenó a la empresa Trenes de Buenos Aires S.A. (TBA) y al Estado nacional a que elaboren un plan para mitigar el ruido y las vibraciones que provoca el paso diario del ferrocarril Sarmiento por los barrios de Flores, Floresta y Villa Luro.
El fallo es una respuesta a un recurso de amparo presentado en 2005 por un grupo de vecinos de esos barrios porteños por las molestias que les ocasiona en su vida diaria el paso del tren que une la estaciones Once y Moreno y transporta 370.000 pasajeros por día.
«Las vibraciones y los ruidos son causados principalmente por el mal estado de las vías y los durmientes. A eso se suma la frecuencia que tiene el servicio, lo que hace que el paso del tren sea insoportable», explicó Jorge Velázquez, uno de los vecinos que presentó el amparo con el patrocinio de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales.
Según consta en el fallo firmado por la jueza federal Claudia Rodríguez Vidal, las mediciones realizadas por el INTI en el comedor diario de Velázquez fue de 77 decibeles (dB), superando «ampliamente los límites establecidos en Holanda, Suiza, Hungría, Italia, Polonia y Finlandia». También señala que las mediciones en el dormitorio de la casa de otro de los demandantes llegaba a 67 dB.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) el límite para que un ruido sea molesto es de 55 dB y aconseja no habitar en lugares que superen los 65 dB; se recomienda, además, que para descansar apropiadamente el nivel de sonido equivalente no debe exceder los 30 dB.
Al borde las vías que las formaciones recorren por estos barrios hay varios geriátricos, jardines de infantes y miles de viviendas. Y al ruido que provoca el paso de los convoyes hay que sumarle el repiquetear de las campanillas, que, según los vecinos, también es elevado ya que supera los 95 dB.
«Y se suma un problema que las barreras muchas veces se traban y la campanilla suena ininterrumpidamente. Esto sin mencionar el peligro de perder la vida que se genera ya que los automovilistas pasan muchas veces con las barreras bajas», contó Velázquez. LA NACION fue testigo de la traba de la barrera de Boyacá y las vías, situación que se prolongó por más de cinco minutos.
TBA informó que apelará la medida, aunque sostuvo que el soterramiento del ferrocarril será «la solución» para los vecinos. «Hasta que se concrete esa obra hay una obra pendiente que es la renovación de las vías entre Once y Castelar. Ya está aprobada por el Estado y está en proceso de la adjudicación definitiva de la obra», dijo Gustavo Gago, vocero de la concesionaria. Los vecinos deslizan que esa obra nunca se concretará en espera del soterramiento.
¡Reciba GRATIS nuestros boletines de Peritajes Edilicios, Arquitectura Legal y Acústica Legal por email!