Trabajar con paneles de hormigón

Los puntos débiles de los sistemas prefabricados. Por qué fallan las juntas y se fisuran los paneles.

La industria de la construcción prefabricada tiene un desarrollo cada vez más parecido a la industria automotriz. La producción de piezas de acople en seco dejan aproximadamente sólo un 20 % de montaje en obra. Este porcentaje, variable según el sistema, presenta algunos problemas, que independientemente de los elementos que constituyan el “kit”, son comunes a casi todos ellos.

Uno de los puntos críticos son las juntas entre paneles, ya sean de muro o de techo. Estas juntas, si bien son concebidas en fábrica, entran en crisis en la puesta en obra por el mal uso de los selladores. Además, los puentes acústicos y térmicos son el resultado del uso aislantes térmicos o sellajuntas inadecuados. La industria química produce una gran variedad de selladores: poliuretánicos, acrílicos, butílicos en base a caucho, con protección U.V o sin ella. Cada uno cumple una función específica, por lo que se debe respetar el tipo indicado por el fabricante de los paneles.

Las juntas entre paneles también pueden fallar cuando las fundaciones están mal diseñadas, falta un ensayo de suelos. Se construyen marcos rígidos que funcionan bien en sí mismos pero, al resolver en forma incorrecta la descarga a tierra, colapsan parcial o totalmente.

En el subsistema suelo–fundación

y en el muro–techo se localizan la mayor parte de los problemas. Los síntomas son fisuraciones o grietas con acceso de humedad, formación de colonias de hongos, musgo y líquenes, que por retroalimentación producen ataques biológicos. Tanto en las paredes como en los techos, una mala ubicación de la barrera de vapor o su ausencia provoca condensaciones que inexorablemente están ligadas a fenómenos de transmisión térmica. La aislación térmica insuficiente o mal resuelta traerá aparejado un mal comportamiento del sistema en su conjunto. Los paneles de cerramiento presentan problemas de este tipo cuando son utilizados en climas muy dispares respecto a los parámetros con que fueron diseñados, sin modificar el criterio de las aislaciones.

En el caso de las barreras de vapor, se debe calcular con precisión su ubicación según el clima. Al respecto, la incorrecta determinación del punto de rocío dará como resultado condensaciones intersticiales o superficiales. Para esto se deben tomar los diferentes coeficientes de transmitancia térmica de cada uno de los elementos que componen la panelería y hacerlos jugar en conjunto.

En el caso de los techos se debe prestar especial cuidado a su unión con los muros, previendo las dilataciones o contracciones. Vale como ejemplo, el caso de trabajar con hormigones premoldeados que requieran de una carpeta de compresión colada in situ y ésta sea elaborada con un hormigón deficiente.

Uno de los errores más frecuentes es apoyar tabiques sobre contrapisos armados, asignándole funciones estructurales. Por más livianos que sean estos muros deben tener una fundación a suelo resistente y el contrapiso arrimarse a ellos, nunca ejecutar-los como su soporte estructural.

Para prevenir futuros problemas, lo aconsejable será respetar el sistema tal como fue concebido por el fabricante. Y, si se utilizó algún elemento extraño al sistema, removerlo para reemplazarlo por el original.

Fuente: Clarin Arquitectura
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