Millonaria demanda: los ruidos no lo dejan dormir – Uruguay

Un propietario europeo de Punta del Este radicó una millonaria demanda contra la Intendencia de Maldonado a la que acusa de omisión por no hacer cumplir la ordenanza de ruidos molestos a los comercios nocturnos de la zona portuaria de la península.
La demanda civil procura una reparación de US$ 1.500.000 por daño emergente por la baja del valor de su propiedad, más US$ 180.000 por lucro cesante, al no haber podido alquilar el inmueble en tres temporadas, y US$ 300.000 por «daño moral», al ver alterada su vida «en horas de reposo» y por verse impedido de tener actividad social en su propia casa.
El demandante, de origen alemán, compró hace cinco años en varios millones de dólares su casa en la zona portuaria, una de las pocas que quedan en ese lugar de la península ahora dominado por reductos gastronómicos y lujosos edificios de apartamentos.
El europeo asegura que se radicó en el país atraído por la publicidad del gobierno nacional y de la Intendencia de Maldonado que muestra en el exterior a Punta del Este como un lugar de «solaz, descanso, reposo y tranquilidad». Ahora puso en venta su casa de la península porque no puede pegar un ojo durante toda la madrugada, ni tiene ningún interesado en alquilarla.
Este juicio se suma a la denuncia penal y la acción de amparo efectuadas por los propietarios de un edificio ubicado sobre la rambla de circunvalación, y otras realizadas por otros vecinos del lugar.
Tres años.
El demandante es propietario de una casa ubicada en la zona portuaria de Punta del Este, a escasos metros de los restaurantes y boliches que concitan la presencia de numerosas personas en la noche y madrugada de cada día.
Las denuncias por ruidos molestos presentadas por el demandante se remontan a la temporada 2011 y 2012 y continúan en el presente. Todas ellas fueron verificadas por inspectores municipales quienes constataron las infracciones tal como lo demuestran las actas de actuación respectivas.
La demanda fue presentada en un juzgado letrado de la ciudad de Maldonado cuyo titular fijó audiencia para el próximo 26 de febrero con el objetivo de que ambas partes, demandante y demandada, logren una conciliación.
En caso contrario, el europeo ordenará al estudio jurídico Ramela & Regules que siga adelante con el juicio por un total de U$S 1.980.000 contra la Intendencia de Maldonado y el Municipio de Punta del Este.
El europeo sostiene que la Intendencia y el Municipio del balneario están omisos en ejercer sus obligaciones de contralor y fiscalización de ruidos molestos.
El demandante dijo a El País que desde hace más de tres años viene denunciando los problemas generados en el restaurante lindero a su finca.
Explicó que esto ha sido demostrado por mediciones de inspectores que constataron que los ruidos exceden «notoriamente» los máximos establecidos en el decreto 3.865.
«Ni al peor enemigo le alquilo esta casa»
«Cuando me compré esta casa me dijeron que la podía alquilar en US$ 55.000 en la temporada. Este verano la ofrecí a US$ 10.000 y nadie pasó siquiera una oferta», explicó el denunciante.
«Una inmobiliaria muy importante me dijo que ni a su peor enemigo le alquilaría o le vendería una vivienda en la zona donde está mi casa», sostuvo.
Ahora está pensando, si logra vender su casa, irse a vivir a la zona turística de Ecuador u otro lugar de residencia en cualquier parte del mundo.
El europeo divide su vida anual en dos mitades: seis meses los pasa en Punta del Este y los restantes en Aspen (Colorado), el centro de esquí más importante de Estados Unidos.
El propietario exhibió documentación de cuatro inspecciones realizadas en el interior de su casa en horas de la madrugada en los últimos días de enero, en las que los inspectores aseguran que los ruidos sobrepasaron los límites marcados por la ordenanza. «Sin embargo, ni la Intendencia, ni el Municipio aplicaron medidas correctivas», sostuvo.
«Igualmente existen omisiones reiteradas en la fiscalización, control y sanción de las condiciones antirreglamentarias en que funcionan los comercios instalados en la zona, y de los ruidos molestos, reuniones callejeras tumultuosas y bulliciosas con consumo de alcohol».
Fuente: www.elpais.com.uy
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