
Cuando los arreglos se disfrazan de derrumbes
29/09/2025
Cuando el ascensor se convierte en trampa:
el colapso de Palermo y la cadena de responsabilidades que nadie asume
El viernes 3 de octubre de 2025, un ascensor en la calle Arévalo 2700, Palermo, cayó desde un piso alto con nueve jóvenes en su interior, cuando su capacidad era de apenas cuatro personas. El sistema no bloqueó su funcionamiento ni emitió alarma por sobrepeso. Eso no es un accidente: es una falla técnica, institucional y ética.
El ascensor es, en silencio, el medio de transporte más utilizado del mundo.
Cada día millones de personas se trasladan en ellos, confiando su vida a un sistema invisible que debería ser el más seguro.
Y sin embargo, en Buenos Aires, como en tantas ciudades, la rutina vence a la prevención y el control se convierte en simple trámite.
Falla técnica, ética e institucional
Un ascensor correctamente conservado jamás debió iniciar su marcha en esas condiciones. Los sistemas de seguridad —control de carga, limitador de velocidad, freno de emergencia— debieron impedir el cierre de puertas y activar una alarma sonora inmediata.
El hecho revela omisión de mantenimiento, negligencia de control y ausencia de verificación técnica por parte del consorcio y de la empresa conservadora.
Normativa aplicable:
– Ordenanza 49.308/95 (CABA) – Servicio obligatorio de conservación y Libro de Inspección.
– Ley 941 (CABA) – Registro y control de ascensores.
– Normas IRAM 3681, EN 81-20 y ASME A17.1 – Seguridad en ascensores.
Responsabilidades en cadena
– Consorcio y administrador: por no exigir mantenimiento ni suspender el servicio ante riesgo.
– Empresa conservadora: por omitir advertencias, reparaciones o registros de fallas.
– Estado: por no fiscalizar los informes ni auditar los sistemas de conservación.
Un ascensor no “se desploma”: falla en cadena.
Detrás de cada tragedia hay una ausencia de control y una presencia de desidia.
Lo que debió ocurrir
Al superar la carga máxima, el ascensor debía:
– Impedir el cierre de puertas.
– Activar alarma sonora.
– Bloquear el sistema hasta reducir el peso.
La inexistencia de estas respuestas automáticas evidencia un colapso integral de seguridad edilicia.
Conclusión editorial
La seguridad edilicia no es un costo, es una obligación moral, técnica y legal.
Cada tragedia que ocurre por omisión refleja una sociedad que naturalizó el riesgo y desaprendió la prevención.
Y cuando el ascensor cae, no es solo una máquina la que se desploma:
cae la confianza, la ética y la idea misma de
“La seguridad edilicia no se delega, se garantiza.”
🕯️ Anexo Conmemorativo – 7 de Octubre: Día del Silencio Urbano
El 7 de octubre dejó de ser una fecha en el calendario: se convirtió en una herida que atraviesa generaciones.
Ese día, en 2023, la casa dejó de ser refugio y se transformó en escenario de destrucción y pérdida.
La planificación urbana, la sociedad, y las pocas paredes que debían proteger se volvieron frontera, y la arquitectura —que nació para dar cobijo— fue testigo mudo de la vulnerabilidad humana.
Recordar el 7/10 no es una vuelta al dolor, sino una reivindicación de lo que nunca debió romperse: la promesa de habitar en paz.
Pero la memoria no es un acto solitario: exige acción, vigilancia y prevención permanente.
Nada más ético que recordar.
Nada más urgente que actuar.
Arquitectos de Abogados – Comunicación Institucional 2025
📍 7 de octubre – Día del Silencio Urbano
💛 Nunca más.
💛 Ni olvido, ni perdón.
Arq. Teodoro Rubén Potaz
Arquitectos de Abogados