Deberemos replanificar nuestro país – Coronavirus

Arquitectos de Abogados se solidariza con la ciudadanía y comparte con Uds. las siguientes reflexiones

La  planificación urbana nunca fue pensada para descentralizar  a la población.
Este virus responde al hacinamiento y afecta a los países más globalizados y vulnerables
El genoma del virus es pesado, una vez expulsado no recorre más de 1,50 mts de distancia, debido a su composición; nos afecta a todos cuanto más cerca estemos uno de otro.
Se tomó en cuenta en la planificación urbana del metro cuadrado que necesita una persona para tomar esa distancia?
Porqué esa falta de conciencia?

Porque vivimos sofocados y hacinados?

En la Argentina cuántos lugares existen que no respetan las leyes urbanas ni de planificación?
Miremos un mapa de Argentina para tener un panorama legítimo de cómo está atacando este microscópico virus a la concentración de gente, o sea los que estamos uno al lado de otro. (medios de transportes, gran circulación, shoppings).

Empezamos a darnos cuenta de nuestras grandes equivocaciones

Ver a nuestro país , reducido al mínimo en sus actividades con la suspensión de toda entrada o salida, la ausencia de vuelos y de contacto físico, nos ofrece otra faceta de este nuevo mundo urbano que deberá replanificarse cuando superemos este trance que, esperemos, no nos deje muy heridos.

La velocidad de propagación del coronavirus ha puesto en evidencia las relaciones de dependencia que se han creado durante las últimas décadas en la economía mundial. Como un dominó, la pregunta sobre qué medidas tomar en los diferentes países afectados ha abierto una nueva zona de incertidumbres. Estamos frente a un futuro complicado y es muy pronto aún para prever cuándo volverá la calma.
Algunos virus, entre ellos patógenos muy importantes como el de la gripe, la hepatitis C o el VIH, tienen un genoma de ARN. Es decir, con una base diferente: U en vez de T. Pero el código con el que interpreta las instrucciones es el mismo, cambiando solo la T por la U. Esto posibilita que un virus de ARN pueda «secuestrar» la maquinaria molecular de una célula humana y obligarle a copiar y ejecutar sus instrucciones en vez de las de la propia célula.
El hecho de conocer las vías de transmisión ayudará a controlar mejor la expansión del coronavirus y su capacidad de mutar, un aspecto fundamental para determinar si bastará con una vacuna para actuar contra él o volverá cada cierto tiempo con una forma distinta.

En definitiva, las próximas semanas son clave para seguir comparando el genoma de otros brotes, y dar cuanto antes con el remedio a este coronavirus que ha puesto en estado de alerta a prácticamente todo el mundo.

Esta situación que nos perturba es grave, no tanto por los efectos de la letalidad, sino por los efectos de la velocidad de propagación del Covid-19. En un mundo desde el punto de vista de la vida urbana: habitamos ciudades que son, al mismo tiempo, imperfectas, incompletas y frágiles.

«Nada volverá a ser como antes”, nos escuchamos decir. Este mundo que siempre quiere avanzar a más velocidad, con más productividad, más globalización y rentabilidad y choca de repente con una barrera viral, una advertencia severa e, incluso, un cuestionamiento. Según la opinión unánime de todos los especialistas, el “distanciamiento social” es la madre de todas las batallas para ralentizar la penetración de este virus en todas las esferas de la vida cotidiana. Por lo tanto, compartimos, por primera vez en nuestra historia, el mismo enfoque único:
El distanciamiento como elemento clave en la contención de una enfermedad viral, presente de manera simultánea en los cinco continentes, aunque en distinto grado nos obliga al aislamiento y reordenamiento de nuestras familias, amigos, trabajos, la sociedad deberá cambiar en el curso de las décadas venideras para lograr un medio ambiente saneado y cada vez menos virósico. Tratemos de sacar de esta terrible experiencia los elementos que nos permitan arreglar las condiciones humanas en las que vivimos.
El pasado mantenía una ubicación concreta, presentándose ante nuestros ojos como una amenaza distante como el ébola, el zika e incluso el H5N1, por ejemplo.
Lo que cambia con el coronavirus es la expresión del poder de las ciudades, que se encuentran en el centro de esta violenta perturbación del sistema. Sí, el siglo XXI, el de las ciudades, metrópolis o megalópolis como expresión urbana, amenazado con otras disfunciones que se hacen enormes en su capacidad de perturbar masivamente la vida urbana, más aún la sociedad sofocada y aislada a la que no le llega la comunicación de emergencia para entender el DNU del presidente.
Si bien el origen del virus comenzó a fines de diciembre de 2019 en un mercado de animales de la ciudad de Wuhan, China con millones en su población, afectó a los más hacinados y a los trabajadores obligados a circular por las calles propagando la enfermedad.
Tratemos de diferenciarnos de ello.

Ver ciudades reducidas al mínimo en sus actividades, con la suspensión de toda entrada o salida, la ausencia de contacto físico muestra otra faceta inédita de este mundo urbano con una falta total de planificación y descentralización en un mundo estresado, siempre acelerado.

¿Es esta lección suficiente?

Otro enfoque, son los amantes e investigadores de la trama urbana.
El aislamiento de cada una de nuestras provincias, donde comenzamos a conocer la operativa; nos lleva a otras consideraciones. La relocalización no puede ir  sino acompañada de otro enfoque, que debe producirse paralelamente a escala urbana en todo el país.

La relocalización debe acompañarse de una doble acción: la descentralización masiva en el interior del país; un nuevo modo de planificación de la vida urbana y territorial.
Todos son enfoques propuestos para construir otra forma de existir frente a los desafíos inevitables de la calidad de vida.

Reencontrar las calles tranquilas y verdes, la movilidad ciclista o peatonal, hacer compras de proximidad, acceder a múltiples servicios, tener a mano diversidad de posibilidades para afrontar lo cotidiano, encontrar la manera de trabajar cerca de casa de forma presencial o digital, hacer que un mismo lugar tenga muchos usos son respuestas que van al fondo de las cosas.

El desafío que nos ocupa, ante la crisis del coronavirus, es el de cambiar radicalmente el estilo de vida, aquí y ahora. Es un poco brutal lo que nos sucede, pero depende de nosotros estudiarlo, interpretarlo y contribuir a aportar respuestas.

Necesitamos cambiar el ritmo de vida en la ciudad, para reencontrarnos con nuevos espacios urbanos, para amar la proximidad y nuestros lugares de vida, que más que nunca el poli centrismo está en el centro de los cambios por venir, para vivir de forma diferente.

Desde la Secretaria de Planeamiento y Desarrollo Urbano informan las medidas a adoptar en el ámbito municipal para la contención de posibles contagios de enfermedades infectocontagiosas, como ser Coronavirus.

Ante la Emergencia Epidemiologica se recomienda a los vecinos: no salir de sus hogares, solo en casos extremos o de emergencia; respetar las medidas de prevención; evitar aglomeraciones; ante un cuadro febril comunicarse al 0800- 555- 8478

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