El domingo se formó un gran socavón en Pasaje Público entre Primera Junta y Mendoza que afectó a las viviendas que están enfrente. Sus moradores debieron abandonarlas. Exigen una respuesta.
La obra de cloaca para el barrio Santa Rosa de Lima suma un nuevo capítulo. En Pasaje Público al 2.300 entre Primera Junta y Mendoza a la altura del 4.800 se formó un gran socavón en el centro de la calle y las cuatro casas de enfrente, dos en cada vereda, comenzaron a hundirse. Tres ya fueron deshabitadas y en una aún queda una familia a la espera de una solución. En el lugar ya están las máquinas de la empresa Mundo Construcciones tratando de descubrir el problema, pero aún no aparece y mientras tanto una gran montaña de barro podrido y un profundo pozo pone en riesgo a los que decidieron quedarse.
El domingo se formó una grieta que atravesó la calle de manera transversal y los vecinos comenzaron a observar rajaduras en las paredes, pero nada hacía prever que un pozo se comenzaba a tragar las viviendas. Uno a uno los vecinos se fueron solidarizando y comenzaron a arreglar las viviendas hasta que el piso de la cocina de la casa 36 se hundió. Aguantaron hasta el lunes cuando comenzaron a llamar a la Municipalidad con el fin de exigir respuestas. La decisión fue dejar esas casas por prevención.
Dos familias hicieron la mudanza. Las casas 17 y 36 sacaron todo y se fueron a vivir de un familiar. Los que habitan la 37 dejaron algunas pertenencias y salieron con lo más indispensable; y los de la 16 aún esperan con los bolsos preparados que llegue la solución. La situación es en todas similar: las grietas arrancan en el piso y terminan en el techo y en algunas la pared rajada se separó y permite ver del otro lado en una abertura de entre uno y dos centímetros.
Los marcos verticales de las puertas se separaron del horizontal y en todas el piso se partió y las casas se comenzaron a inclinar hacia el pozo. Los vecinos aseguran que en estas cuatro viviendas no se podrá habitar más y deberán construirse de cero. Bronca, indignación e incertidumbre es lo que viven hoy esas familias de Santa Rosa de Lima.
Se sumó a la conversación otra vecina, Gladys Gómez, quien contó que ella y su familia decidieron dejar la casa el lunes «por miedo a una tragedia». «Queremos una solución porque quedó totalmente destruida, me cuentan los vecinos que a la noche se escuchan ruidos porque las casas se van hundiendo cada vez más. La empresa aún no encuentra el problema, pero a nosotros nos importa saber qué va a pasar con nuestras viviendas», explicó.
Fuente: www.sinmordaza.com
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