En la mayoría de los proyectos para viviendas, el costo de la obra se divide casi en partes iguales entre jornales y materiales. Mientras que el flujo de pagos de la mano de obra se va desagotando quincena a quincena y su alcance queda pautado anualmente (ver Paritarias…), la evolución del precio de los materiales está sujeta a los vaivenes de las expectativas de inflación. . Y, a modo de recaudo, la constructora puede tomar un seguro de anticipo financiero que cubra el monto del acopio.
El dinero fresco entregado al corralón no solo mantiene fijos los precios de lista sino que permite conseguir descuentos extra de hasta un 25% según el monto involucrado.
Además del dinero en juego, en las condiciones del acopio influyen también el tamaño de la obra y su ubicación. Todos los corralones con planes de acopio vigentes consultados por ARQ se manejan con propuestas “a medida”.
A modo de ejemplo, Homax plantea una bonificación de entre el 21 al 25% en los precios de lista para acopios a partir de 500 mil pesos. Y el plazo para requerir la entrega del material en la obra es de seis meses. Si para entonces no se hubiera alcanzado a agotar el monto fijado, el corralón renegocia una nueva lista de precios, donde el incremento (si lo hubiera) dependería del saldo del acopio no retirado.
Los proveedores manejan una lista básica de materiales gruesos que no incluye, por ejemplo, construcción en seco, revestimientos ni sanitarios. Por eso, al momento de cerrar el trato, se debe aclarar qué materiales se van a retirar de manera de incluirlos en la lista de acopio. Usualmente, al cerrar el acuerdo, se imprimen y firman dos copias de esa lista.
Un beneficio adicional de los corralones es la bonificación de los fletes en un radio cercano.
Fuente: Arq. Clarin
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