Demolieron la ex discoteca Junior, ícono de la noche porteña en la década menemista

Se hizo por orden judicial, tras años de reclamos vecinales; el predio será una plaza

Comenzaron ayer las obras de demolición de uno de los íconos de la noche menemista en el barrio de Belgrano. Después de catorce años de abandono, la discoteca Junior comenzó a ser desmantelada, por autorización judicial, con la intervención del gobierno de la ciudad. El área, de 2200 metros cuadrados, será convertida en un espacio verde.

El local, situado en la avenida Figueroa Alcorta y Leopoldo Basavilbaso, era uno de los lugares preferidos de los políticos y la farándula en los años noventa. Se hizo famoso por la variedad de sus pistas cubiertas y descubiertas, una pileta con barra propia e incluso un acuario en el que, según testimonios de la época, nadaban peces, incluso cazones.

Sin embargo, Junior también fue objeto de múltiples denuncias por parte de los vecinos. Para los residentes de la zona aledaña al estadio de River, el lugar se había convertido en un «aguantadero» de ladrones y vendedores de drogas.

Funcionaba, según manifestaron en diversas ocasiones, como escondite de delincuentes y depósito de armas de todo tipo, además de ser un foco de inseguridad en el barrio.

El techo de Junior era escenario de peleas entre bandas callejeras, que intercambian mensajes en castellano y en chino en las paredes del lugar. El sitio era, además, un espacio de consumo de drogas y, en más de una ocasión, fue área de enfrentamientos entre los barrabravas de River y la Policía Federal.

El predio, de 44,5 metros de frente sobre Figueroa Alcorta y 83,70 de fondo sobre Basavilbaso, comenzó a construirse en 1996, contra la opinión de los vecinos, que desde entonces han reclamado su cierre.

En un primer momento, se había vinculado a Zulema Menem, la hija del ex presidente, como una de las propietarias del local, pero la joven lo desmintió categóricamente.

En 1999, la discoteca fue clausurada por falta de autorización. Según las autoridades, los propietarios nunca presentaron los planos y se detectó la falta de obras de prevención de incendios. El entonces diputado aliancista Abel Fatala había denunciado, además, otra serie de irregularidades, entre las que se encontraba la desaparición del expediente municipal con todos los antecedentes del inmueble.

El Código de Planeamiento urbano de la ciudad, además, establecía que en ese predio debía haber una plaza pública.

En 2001, el gobierno de la ciudad ordenó la demolición del edificio, pero esa decisión no prosperó por la presentación de un amparo por parte de Paraguay 701 SA, la empresa concesionaria. Desde entonces, el predio quedó abandonado, a la espera de una resolución de la Justicia.

El jueves pasado, un fallo del juez en lo contencioso, administrativo y tributario Juan Gustavo Corvalán habilitó finalmente la demolición de Junior. En su decisión, el magistrado ordenó el allanamiento del inmueble «con el propósito de garantizar la seguridad pública y resguardar el derecho a la vida, a la salud y a la integridad física de eventuales moradores y transeúntes del predio», según consta en el texto judicial.

Los vecinos recibieron la decisión con alegría. Ana Paulesú, presidenta de la Asociación de Fomento Barrio Parque General Belgrano y Nuevo Belgrano, definió como «la caída de un símbolo» el inicio de las obras. «El lugar fue clausurado en 1999 porque robaban la luz y nunca pagaron un solo impuesto: era el monumento a la corrupción», explicó la titular de esta asociación, que desde 1996 denuncia la radicación irregular de Junior.

En cuanto al inicio de las obras, Paulesú manifestó que «es un signo de cambio» y una «inyección para los vecinos que trabajan por recuperar sus barrios, porque si no aflojan se cumplirá la ley y los malhechores echarán a correr».

DE LOCAL BAILABLE A ESPACIO VERDE

En menos de 20 años, el predio sufrió diversas transformaciones

Disco de moda en los 90
El local bailable, frecuentado por políticos y famosos, fue uno de los epicentros de la noche porteña

Clausura y abandono
Por orden del gobierno de la ciudad se lo cerró en 1999 por falta de autorización. Un amparo frenó la demolición

Foco de inseguridad
Durante 13 años, el lugar sirvió de «aguantadero» de bandas de ladrones, consumo de drogas y depósito de armas

Plaza pública
Después de la demolición, la Ciudad recuperará 2200 metros cuadrados que se destinarán a espacios verdes

Fuente: La Nacion
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