Las familias que habitan en un edificio del barrio porteño de Villa Urquiza que el gobierno de la Ciudad comenzó a demoler el viernes con ellos adentro, aguardaban la llegada de algún funcionario al lugar ya que temen que si dejan el inmueble «el gobierno porteño tire todo abajo».
El abogado que los representa, Carlos López, dijo a Télam que los vecinos, tras frenar la demolición iniciada en la planta baja con los vecinos tirando baldazos de agua desde el primer piso, aguardan ahora la llegada de algún funcionario.
«Prometieron mañana venir a hablar pero no tenemos nada por escrito», dijeron.
«Durante el fin de semana no nos llamaron ni tuvimos ninguna novedad, mañana los vamos a esperar, nos pidieron que vayamos a las oficinas, pero tenemos miedo de volver y encontrarnos con que tiraron todo abajo», concluyó Franco González, uno de los vecinos
Efectivos de la Policía Metropolitana llegaron el pasado viernes a las 10 al inmueble ubicado en Holmberg 2858, custodiando a los obreros que, sin previo aviso y con sus habitantes adentro, comenzaron a demoler la planta baja.
Los vecinos supieron lo que sucedía porque sintieron que «las paredes vibraban» y algunos «comenzaron a tirar agua para frenar la demolición», dijo hoy a Télam González, quien aseguró que «la situación se calmó alrededor de las tres de la tarde cuando llegó un abogado y habló con los efectivos de la policía».
El funcionario a cargo del operativo era el Director de la Unidad Ejecutora para la Renovación Urbana de la Traza de la Ex Autopista 3, Diego Sadowski, quien informó que «eso quedaría así hasta el martes», en referencia al agujero que quedó en la medianera.
En el inmueble viven nueve familias distribuidas en el primero y segundo piso, mientras que la planta baja se encuentra vacía. «El objetivo era tirar la pared, para que el edificio esté en peligro de derrumbe y la gente se vaya», dijo Franco González.
El edificio es una de las tantas propiedades del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires afectadas por las obras del Ministerio de Desarrollo Urbano para construir el Barrio Parque previsto sobre Donado y Holmberg, entre Avenida Congreso y Carbajal.
Ese emprendimiento inmobiliario «recuperará y revitalizará el espacio de la traza de la ex autopista (AU3), revirtiendo una situación que afecta a 600 familias», y permite el desarrollo social, cultural y económico de una zona de la Ciudad «relegada por mucho tiempo», detallaron fuentes del gobierno de la Ciudad.
En la planta baja del inmueble funcionaban talleres, un centro de jubilados y actividades deportivas para los chicos, los cuales fueron desalojados por las autoridades porteñas quienes, sin esperar a acordar con las familias, comenzó a demoler el edificio con ellos adentro.
El centro barrial de jubilados, en el que también unos 30 chicos practicaban karate, taekwondo y asistían a apoyo escolar, dejó de existir de un día para el otro.
«La acción del gobierno porteño buscó tanto desalojar el centro como debilitar la estructura del inmueble para forzar a sus habitantes a marcharse», coincidieron vecinos y militantes sociales.
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