La química de las pinturas

Cómo es la esencia de los procesos que determinan el desprendimiento de las pinturas del sustrato.

Para comprender por qué se desprende una pintura hay que indagar en varios procesos físicos y químicos. Además están los factores meteorológicos y diferencias térmicas a los que está expuesta una superficie. En esta patología hay una relación directa entre la conformación de los componentes y los solventes que participan de la extensión y aglomeración. Para entender estos procesos hay que indagar en la composición química de las pinturas.

Una solución verdadera (así llamada técnicamente)

como el azúcar o la sal disueltos en agua contiene partículas que consisten en moléculas o iones. En cambio, una suspensión contiene partículas suficientemente grandes como para ser visibles a simple vista o por medio del microscopio.

Entre las soluciones verdaderas y las suspensiones se encuentran las dispersiones coloidales. Se trata de partículas mayores que las moléculas que no son visibles en el microscopio. Los sistemas coloidales tienen algunas propiedades que los colocan en otra categoría.

En una solución verdadera el sistema tiene una sola fase. En cambio las dispersiones coloidales son sistemas de dos fases. Cada partícula se halla separada en un medio líquido. En esta interfase se manifiestan propiedades como la absorción y el potencial eléctrico. Cuando las partículas son relativamente grandes el área de su propio desarrollo resulta menor en relación con las partículas más pequeñas. Cuanto más chicas sean las partículas, la superficie de contacto se incrementa sin variar el volumen.

Las dos fases de un sistema

coloidal se pueden distinguir en una fase dispersa (la que forman las partículas) y un medio dispersante (en el cual las partículas se hallan dispersas). El medio puede ser un líquido, sólido o gaseoso. Asimismo, cuando en un medio líquido la fase dispersa es sólida y las partículas son relativamente grandes se obtiene una suspensión. Pero si ambos son líquidos, el resultado es una emulsión.

Los látex convencionales se ubican entre estos últimos dado que una resina (acrílica o vinílica) se halla emulsionada en agua con aditivos que facilitan la integración de los pigmentos y las cargas, siempre que sean compatibles física y/o químicamente para mantener la estabilidad.

Esmaltes y látex
Cuando se aplica una pintura al agua (emulsión) sobre una superficie porosa, de acuerdo con el tamaño de las partículas, puede resultar que tanto sus aglomerantes sintéticos como los pigmentos y cargas no logren atravesarla. Entonces quedan en la superficie y solo el agua puede pasar. No ocurre lo mismo en los esmaltes diluidos en solventes o diluyentes (thinner o aguarrás) pues resultan soluciones verdaderas las que, confinadas en poros y por capilaridad, se aglomeran por secado o por efecto químico. Así se anclan mecánicamente o por acercamiento molecular con los residuos sólidos (áridos, cristales calcáreos, cristales yesosos, fibras vegetales).

En el caso de los coloides (fase dispersa más medio dispersante) cuando las superficies donde se aplican tienen materias que bloquean su vinculación se perturba la inversión del ángulo de mojado. Esta incompatibilidad entre ambos provoca el desprendimiento de las capas secas donde el residuo no llegó a anclar dentro de los poros en los casos donde no se previó el uso de fijadores en solución verdadera que oficien como puente de adherencia compatible (ejemplo: fijador al aceite). Además, se crean las condiciones para la vinculación eléctrica entre los iones y electrones periféricos libres: se intercambian en fases líquidas (pintura) con un medio seco (fijador).

Para el caso de las pinturas al látex, los residuos sólidos que no llegaron a anclar se saturan en un medio húmedo y, por oposición, se apergaminan si el ambiente es seco. Además, expuestos al sol, pierden la capacidad aglomerante y la cohesión y la capa aplicada se halla precariamente “apoyada” sobre la base. De acuerdo con lo expuesto se debe prestar atención al entorno de los sectores a pintar. En los casos que se exponen es conveniente utilizar fijadores
al aceite:

• Hueco de aire y luz donde convergen cocinan y baños.
• Sectores exteriores con mucho tránsito vehicular.
• Superficies con revoques en erosión y pulverulentos, o con enduido de base acuosa.
• Interiores con muros afectados por hongos (presencia de materia orgánica grasa).
• Muros empapelados con restos de cola.
• Muros con secuelas de desprendimiento crónico (considerar que el sustrato es factible de recidivas por errores de anteriores intervenciones).
• Presencia en el entorno de emisores de poluentes (restaurantes, fabricas).
• Sectores afectados por filtraciones.
• Persistencia de raíces de vegetación invasiva sin tratar a fondo (hongos, líquenes no erradicados).

Fuente: Clarin Arquitectura
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