Es un fenómeno que, sin pausa, se está expandiendo por el mundo. La Argentina no es la excepción. Grandes cantidades de actos humanos estúpidos, en personas cada vez más jóvenes, no paran de provocar males irreversibles en aparatos auditivos. Los especialistas aseguran que se manifiesta en forma de zumbido permanente, y que una vez que se desata ya no hay forma de detenerlo. Lo llamativo es que, a pesar de la evidencia, las voluntades adolescentes no parecen dispuestas a bajar el volumen de sus dispositivos electrónicos. A medida que pierden la audición, van rotando las perillas (digitales) hasta niveles inauditos. Piden más potencia, más ruido, sinónimos de adrenalina. Una gran parte ya sólo vive del recuerdo, nostálgicos de lo lindo que era escuchar música fuerte
¡Reciba GRATIS nuestros boletines de Peritajes Edilicios, Arquitectura Legal y Acústica Legal por email!