Fachadas cerámicas con poca adhesión

Las razones físicas y químicas del desprendimiento de piezas de los frentes. Cómo solucionarlo.

El desprendimiento de las cerámicas en los muros exteriores es un problema bastante común cuando este material se usa como revestimiento de fachadas. El aspecto de los materiales que embellecen los frentes se degrada por tres causas principales: la exposición a la intemperie, las patologías que surgen por defectos en la colocación y la falta de mantenimiento. Los materiales más perjudicados son los pétreos naturales, sobre todo el mármol y las piedras calizas.

La caída de un sector del revestimiento del frente de un edificio no solo es cuestión de estética y puede derivar en un problema muy serio para los propietarios por las posibles consecuencias legales ante un eventual accidente.

Para entender las causas y efectos de esta patología conviene describir previamente el proceso constructivo y analizar los materiales que se emplearon para la fijación.

Tiempo atrás, el adhesivo se amasaba con áridos, cal y cemento y se aplicaba sobre el jaharro grueso en capas abultadas. El criterio “adhesivo” se basaba en la creencia de que enriqueciendo la mezcla con cal se obtenía un mortero plástico. Sin embargo, al colocar la cerámica, se bloqueaba el contacto de la mezcla con el anhídrido carbónico del aire, que químicamente produce el fragüe del hidróxido de calcio de la cal por carbonatación.

Por otro lado, el desprendimiento de las piezas se puede producir por la presencia de agua en el espacio que queda entre la pared y la placa de piedra o de cerámica. Esa humedad proviene de una discontinuidad en la aislación hidrófuga de la fachada o de la condensación intersticial en el muro (por una deficiente aislación térmica).

Finalmente, el aumento del volumen que se produce en la superficie de pegado termina despegando la pieza. Además, en época invernal, el agua alojada detrás del revestimiento se puede congelar y despegar la placa entera por la tensión que provoca su expansión.

Algunos factores físicos que contribuyen al desprendimiento de las piezas son los siguientes:

• Agua pluvial. Su infiltración “lava” el hidróxido de calcio confinado y provoca las típicas chorreaduras de salitre. Asimismo, debilita el sustrato y expande la arcilla, provocando un efecto que repercute en la cerámica.

• Fatiga por efecto de dilatación y contracción (efecto diferencial térmico) que rompe el contacto del adhesivo con la cerámica.

• El adhesivo sin completar el proceso de frague no soporta las tensiones y se desgrana en ciclos alternados.

• Las cerámicas son poco conductoras térmicas y muy compactas. Por eso pueden provocar cuplas de esfuerzo puntual, cada pieza de por sí o de manera generalizada.

• El colapso aumenta por compresión, cuando entre las piezas se ajusta el contacto o se utilizan pastinas cementicias que no dan lugar a movimientos. El disloque actúa con efecto dominó.

• La falta de saturación con agua en las cerámicas impide la continuidad del proceso químico en su contacto con el mortero adhesivo. Y la rápida “toma” del agua de amase del mortero por succión ayuda al espontáneo desprendimiento.

Estos son los factores físicos más relevantes, pero también existen otros más sutiles. Los adhesivos modernos comparten algunas de estas patologías, pero se diferencian en la cantidad de material de aporte y en el proceso de polaridad (ángulo de mojado).

• El desprendimiento de las cerámicas también puede originarse en ciertas negligencias de la mano de obra, por ejemplo:

• La utilización de llanas dentadas con poca capacidad de integrar adhesivo (gastadas, poco profundas) que dejan poca superficie de contacto de anclaje.

• La aplicación de adhesivo en una superficie muy amplia. Esto provoca una sequedad superficial que impide la total vinculación.

• Los sustratos con polvo, pinturas o revoques contaminados que invierten el ángulo de mojado.

Diseño preventivo

Pensar que los revestimientos cerámicos resisten una alta dilatación es un error habitual. La cocción a la que son sometidos durante su fabricación los convierte en un material inerte que transmite su carga térmica al sustrato, pudiendo generar una crisis de vinculación. Para evitar esto, hay que diseñar juntas de dilatación en las fachadas, igual que en los pisos. La superficie de los paños dependerá de la orientación. El objetivo es evitar la aparición de las grietas, porque el proceso de degradación del material del revestimiento se acelera por la acción del agua.

Para colocar piezas pesadas se deben usar anclajes mecánicos o químicos, además del pegamento. También hay que aplicar una lechada de cemento alrededor del anclaje para proteger las partes metálicas

y un hidrófugo en base a siliconas sobre la pared, para impedir que la pieza de revestimiento absorba humedad por su cara posterior.

Los adhesivos

Hoy en día, hay pegamentos para todo tipo de requerimientos, piezas grandes, pequeñas, gruesas, delgadas, pesadas y aborbentes. Con los nuevos adhesivos se pueden colocar variedad de revestimientos sobre soportes tradicionales y no tanto. Y tienen mejoradores hidrófugos para proteger el revestimiento de la humedad, aunque no se recomienda usarlos como única aislación hidrófuga. La elección adecuada del pegamento, entonces, contribuirá en la prevención de problemas posteriores.

La primera innovación fueron los pegamentos de fragüe rápido, transitables en 12 horas. Luego, se agregaron mejoras en la formulación, por ejemplo, se bajó la emisión de polvo al verter y mezclar el producto.

La aplicación de revestimientos sobre fachadas y superficies sometidas a una amplitud térmica importante requiere de adhesivos flexibles que garanticen la adherencia e impermeabilidad. Lo más adecuado en estos casos son los pegamentos de alta performance, que se adaptan a piezas de baja, media y alta absorción, sobre soportes tradicionales (morteros) u otros sometidos a deformaciones.

Las piezas grandes y pesadas (mármoles, granitos y calcáreos) se adhieren con mezclas de base cementicia especiales para grandes piezas, y se pueden utilizar sobre revoques o soportes irregulares

sin nivelación previa, donde los espesores del adhesivo no superen los 15 milímetros.

Si la superficie sobre la que se aplicará el revestimiento es madera, yeso u hormigón sujeto a fuertes movimientos de fraguado, lo aconsejable sería utilizar un pegamento en pasta. Es esos casos, la crema adhesiva no tiene base cementicia sino que se elabora a partir de emulsiones acrílicas y cargas minerales. Su característica principal es la alta flexibilidad y resistencia al agua y al deslizamiento.

Fuente: Clarin Arquitectura
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