Cuáles son los puntos débiles de estas cañerías de provisión de agua y cuáles son las claves para realizar uniones por termofusión.
Concientes de eso, las empresas proveedoras hacen hincapié en la importancia de la capacitación tanto de los sanitaristas como de quienes están a cargo de la supervisión de los trabajos.
Antes, los materiales sanitarios garantizaban su confiabilidad con el sello “Aprobado por OSN”. “Hoy no existe más Obras Sanitarias de la Nación y no hay normas específicas sanitarias para asegurar la instalación”, cuestiona Víctor Cavagna, a cargo del departamento técnico y capacitación de Grupo Dema, en referencia a la calidad de las obras. Por su parte, el ingeniero Jorge Omar Vezzato, jefe del departamento técnico de Tigre Argentina explica que la capacitación es una herramienta fundamental para conseguir buenos resultados en la aplicación de los productos. “En los cursos, ponemos especial énfasis en situaciones reales de obra”, sostiene Vezzato.
Es habitual que los asesores técnicos de las empresas sean requeridos en la obra para solucionar problemas concretos. Según los especialistas, las fallas más habituales se producen por desconocimiento de los sistemas y falta de supervisión.
“Es común que las cañerías verticales se coloquen sin los soportes adecuados; y realizar las pruebas hidráulicas sin haber ubicado en forma definitiva todas las grampas en la cañería”, enumera Cavagna. Y aclara que, sin la sujeción adecuada, las montantes descargan todo su peso en la pieza de derivación, que en general es de menor diámetro.
El sistema de fusión está concebido como un todo único, es decir que el conjunto funciona transformando los acoples en un solo conducto. Para lograrlo, hay que tomar algunas precauciones para prevenir discontinuidades en la fusión, pérdidas de sección y riesgo de dilatación, adelanta el arquitecto Eduardo Gordín. Los problemas básicos son dos: pasar el tiempo de fusión (hace que el caño se cierre reduciendo la sección) y no penetrar lo suficiente en la fusora (falla la soldadura).
Si la termofusora no entrega los 260°C, la fusión no se realiza. Por el contrario, si calentara de más, se dañará el revestimiento
de las boquillas de termofusión y se producirá el daño del material del tubo y accesorio.
Los asesores recomiendan introducir el tubo un largo equivalente al espesor y calentar la misma profundidad de tubo y accesorio. Excederse un poco en el tiempo mínimo de calentamiento permite corregir la unión, según Vezzato. Por último, no forzar la unión cuando está enfriando, ya que se pueden producir micro fisuras que luego pueden fallar.
Por: PAULA BALDO
Fuente: Clarin Arquitectura
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