Cómo y cuándo usar productos para modificar las propiedades del hormigón y mejorar sus características físicas.
Para realizar un colado pleno en los encofrados, por ejemplo cuando la pieza de hormigón tiene mucho hierro, conviene agregar un aditivo fluidificante. Y para mejorar la capacidad termoacústica, un incorporador de aire. Siempre es conveniente realizar la consulta con los departamentos de ingeniería de las plantas elaboradoras de hormigón especificando cuidadosamente qué resultado se desea obtener.
De esta manera, el empleo de aditivos estará condicionado por la obtención del resultado deseado sin tener que variar sustancialmente la dosificación básica, que el producto no tenga efectos negativos en otras propiedades del hormigón
y que el costo justifique su empleo.
Los agregados superplastificantes o fluidificantes corresponden a una nueva generación de aditivos plastificadores en base a productos melamínicos o naftalínicos. Constituyen una evolución de los aditivos reductores de agua porque la absorción y capacidad de dispersión del cemento es mucho más acentuada.
Los efectos principales que se derivan de la incorporación de algún componente tensoactivo son:
• La ionización de los filamentos del aditivo que produce la separación de los granos de cemento entre sí, conduciendo a una efectiva desfloculización (eliminar los grumos).
• Por otra parte, las moléculas de aditivo son absorbidas y se orientan en la superficie de los granos de cemento en un espesor de varias moléculas. De esto resulta una lubricación de las partículas.
En la primera de estas etapas es cuando se produce la mezcla de los componentes y las primeras reacciones electroquímicas entre el agua y el cemento. Aparecen las características del hormigón fresco como trabajabilidad, docilidad o consistencia. Estas características están gobernadas principalmente por las reacciones electroquímicas producidas entre las moléculas de agua y los granos de cemento, que poseen un gran número de iones en disolución en su superficie. Al entrar en contacto con el agua durante el amasado, los iones tienden a formar flóculos (grumos) o capas de solvatación (proceso donde las moléculas disueltas se combinan con las del solvente para formar otros compuestos). Dichos flóculos ejercen efectos nocivos en la masa de hormigón: impiden la dispersión uniforme de las partículas de cemento en la masa de hormigón y retienen cierta cantidad de agua en el interior de su masa que incide negativamente en la porosidad final del material por no ser utilizable para lubricar la masa ni los granos de cemento.
Los efectos nocivos de la floculación pueden ser contrarrestados, al menos en parte, mediante la incorporación a la masa de hormigón de ciertos compuestos químicos como los super–plastificantes, reductores de agua de alto rango o superfluidificantes.
Estos agregados actúan como neutralizadores de las cargas eléctricas que se encuentran sobre la superficie de las partículas de cemento y, por consiguiente, evitan la formación de flóculos. La forma lineal y alargada de estas moléculas orgánicas les permite recubrir por completo la superficie de los granos de cemento incorporándoles cargas de signo negativo. Provocan una fuerza de repulsión entre las partículas de cemento. Sin embargo, como consecuencia de este efecto envolvente puede ocurrir que, en altas dosis, se produzca un efecto de retardo de la hidratación de los granos.
En el modo de acción de los superplastificantes se pueden considerar tres etapas consecutivas:
• Absorción de los polímeros por parte de las partículas de cemento en la etapa de transición sólido–líquido.
• Carga de la superficie de los granos con fuerzas electroestáticas de repulsión por tener el mismo signo.
• Aparición de tensiones superficiales que aumentan la distancia entre las partículas.
Fuente: Clarin Arquitectura
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