Los vecinos están molestos porque conviven entre el abandono y la suciedad; el gobierno sospecha que el desmoronamiento habría sido provocado por una sudestada.
Según explicó Mario Boscoboinik, director general de Fiscalización y Control de Obras de la Agencia Gubernamental de Control, la obra continúa clausurada, pero aun así los obreros pueden seguir trabajando para restaurar los daños que se produjeron en la vía pública.
«Se estuvo investigando y, al parecer, se habría producido por un caño que, al levantarse el nivel del río por la sudestada, en lugar de expulsar el agua, la tomaba y la tiraba a la tierra», explicó, y agregó que, de confirmarse esta sospecha, se habría tratado de un hecho imprevisible, que bien pudo descubrirse cuando la zona se despejó.
«Esto es tierra de nadie. Hay basura en la calle, que nadie viene a levantar, y salir con el auto es imposible. Al estar el tránsito cortado, la calle se convirtió en una playa de estacionamiento donde cada uno se posiciona donde se le canta», se quejó Sol, una mujer de unos 35 años que vive justo enfrente de la construcción y asegura estar «harta» de lo que está ocurriendo.
Otra de las vecinas indignadas fue Fany Manrique, de 82 años . «Lo que pasa en esta calle es una inmundicia insoportable, y lo peor es que nadie hace nada», protestó.
«En más de una oportunidad se nos metió el agua en el edificio y llegó a los departamentos de la planta baja. Por la vereda no se puede caminar, esto no puede seguir así, es un caos», se quejó Manrique.
La mujer aseguró que quienes deben ocuparse de recoger la basura no lo hacen adecuadamente y que los desechos permanecen durante días y desprenden olores pestilentes.
Mientras, algunos vecinos espían a través de los cerramientos provisorios de la construcción y se asombran al ver que la porción de calle que queda es inferior a la mitad de la original; otros exigen que se determinen las causas que provocaron el derrumbe y que se haga un control exhaustivo.
«Esto no puede volver a pasar, alguien tiene que decirnos qué fue lo que ocurrió. También es necesario que realicen un inspección en los edificios cercanos para verificar cuál fue el impacto del derrumbe en los inmuebles linderos», dijo Ana, asustada y preocupada porque una nueva tormenta pueda provocar otro desastre.
Raquel Gómez, habitante del barrio, contó que desde su departamento se puede ver cómo los obreros trabajan todos los días desde temprano, pero que son muy pocos los cambios que consiguieron.
Por el momento, los vecinos de la calle Sinclair deberán seguir esperando. Con suerte, recién dentro de un mes, podrían volver a la calma habitual, según dejaron trascender desde el gobierno porteño.
Fuente: Julieta Paci | La Nacion
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1 Comment
[…] Agosto del 2012. Octavio Pérez Galimberti falleció aplastado por una losa que le cayó encima en la calle Lavalle al 1500. A las pocas horas en la calle Sinclair al 3000, en Palermo, se cayó una parte de la vereda y arrastró la calle, los árboles y puso en riesgo toda la manzana …. […]