Fue tal vez una de las mediaciones más curiosas que hubo en la Ciudad. En 2012 la queja de un joven vecino logró silenciar las campanas de la tradicional Iglesia del Salvador, ubicada en Callao y Tucumán, durante la noche.
Se trata, en realidad, de un antiguo reloj electromecánico que funciona desde hace 117 años y que es uno de los últimos de su época y estilo que quedan en la actualidad en Buenos Aires.
Las autoridades eclesiásticas, como demandadas, lograron llegar a un acuerdo con el vecino, de 30 años, que se había mudado recientemente a la zona de la iglesia. Finalmente acordaron que las campanas dejarían de sonar durante la noche, así que ahora lo hacen entre las 7 y las 22. El viernes, desde la dirección de la iglesia, explicaron a Clarín que el reloj tiene un temporizador que hace tañer las campanas cada 15 minutos, con golpes suaves, no estridentes.
Fuente: Clarin
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