Informe sólido, interpretación errónea: cuando lo técnico supera lo legal

Hay momentos en la vida profesional en los que todo parece estar claro: el encargo, el cliente, el objetivo. Uno entrega un informe técnico fundamentado, preciso, revisado y firmado. Y, sin embargo, el problema no es el contenido. El problema es que el contenido incomoda.

Esto ocurrió recientemente en un caso real (que mantendremos anónimo). Se trató de una intervención técnica dentro de un proceso legal en sus etapas iniciales. El cliente, un estudio jurídico, pidió un informe arquitectónico con criterios muy puntuales: sin enfoque jurídico, con un listado claro y detallado de daños, y sin elementos que resultaran «excesivos» para el momento del conflicto. Todo eso fue entregado.

Sin embargo, la reacción fue inesperada: cuestionamientos por haber incluido, textualmente, partes que ellos mismos habían solicitado. Reclamos por cuestiones de forma, no de contenido. Nuevas exigencias que no estaban previstas. Y una frase lapidaria: «inaceptable para un informe que costó tanto dinero».

El problema no era el informe. Lo que molestaba era que el informe dejaba asentados hechos que ya no se podrían borrar ni reinterpretar más adelante. Porque un informe técnico serio compromete. Aporta claridad. Y a veces, eso no conviene cuando aún se está «jugando la estrategia».

En situaciones como esta, uno tiene dos caminos. Puede entrar en una pelea innecesaria para demostrar que tiene razón. O puede detenerse, respirar y sostener su trabajo con firmeza y tranquilidad. Defender el informe, no el ego.

Cuando un informe está bien hecho, se sostiene por sí solo. Lo importante es no dejar que el contexto te arrastre a una guerra de desgaste que no te corresponde.

Esta nota es para recordar que el profesionalismo no se mide por cuántas veces uno cede, sino por la calidad del trabajo entregado y la dignidad con la que se defiende la propia palabra firmada.

Consultoría Técnica y Legal

En Arquitectos de Abogados, desde nuestra Consultoría Técnica y Legal, acompañamos a profesionales, administraciones y estudios jurídicos cuando lo técnico y lo legal se cruzan.

Nos especializamos en dar respaldo a quienes no tienen formación constructiva, pero enfrentan conflictos edilicios, vicios ocultos o daños estructurales. Y lo hacemos con independencia, conocimiento y responsabilidad profesional.

No redactamos informes para conformar estrategias. Redactamos informes para esclarecer la verdad y proteger al profesional que la sostiene con su firma.

Esta nota no es solo una advertencia, es una declaración:

La dignidad profesional también se escribe en la negativa a modificar lo correcto.
Porque una firma con criterio vale más que mil silencios con miedo.

Arq. Teodoro Rubén Potaz
Especialista en Patologías Edilicias